Arte

«Me siento cómodo haciendo cosas en las que creo y con gente que confía en mí»

Rubén H. Bermúdez es creativo en todas sus formas. Es fotógrafo, director de cine y diseñador gráfico entre muchas otras cosas. Ha publicado el fotolibro Y tú, ¿por qué eres negro? (PHREE, 2023), ha dirigido la película A todos nos gusta el plátano con la que ha ganado tres premios del Festival Documenta Madrid y es cofundador del Espacio Afro en Madrid. Como él dice «limitamos las cosas al definirlas«, así que describir todas sus capacidades va a ser siempre una labor fallida porque todavía quedan muchas por descubrir al ser un artista que está en constante movimiento descubriendo y adaptándose a todo tipo de formatos.

Conocemos en esta entrevista a este profesional creativo y brillante que habla con gran honestidad de su recorrido vital y profesional.

– Tienes experiencia trabajando en diferentes áreas creativas, desde la fotografía, al diseño, publicidad y comunicación ¿en qué momento empezaste a interesarte por ellas y en cuáles te sientes más cómodo?

No estoy seguro. En el colegio o en el instituto no tenía una especial sensibilidad hacia las asignaturas de plástica o artes, tampoco se me daba bien dibujar. Ya de mayor, mientras estudiaba Informática me apunté a un curso del paro de Diseño Gráfico y me cautivó. Además tenía la sensación de que se me daba bien y me resultaba reconfortante.

Me siento cómodo haciendo cosas en las que creo y con gente que confía en mí. Me gusta controlar todo el proceso e intento delegar en todo lo que puedo.

«El Diseño gráfico me cautivó. Además tenía la sensación de que se me daba bien y me resultaba reconfortante»

«Me gusta controlar todo el proceso e intento delegar en todo lo que puedo»

– Naciste en Móstoles ¿cómo era tu entorno y qué diferencias has encontrado en tu vida allí y posteriormente en Madrid?

Bueno, nací en Madrid y crecí en Móstoles. Mi entorno era y es muy bueno. Chavales de barrio con nuestras inquietudes y nuestras cosas. Muchos vivimos ahora en Madrid, otros en Móstoles y otros en diferentes lugares. Con algunas personas te ves más, con otras menos.

Yo no veo gran diferencia entre vivir en Madrid y Móstoles. Es una cuestión de distancias, tiempo en trasporte y quizá, para mí, de mayor libertad y anonimato en la gran ciudad.

– También residiste una temporada en Berlín ¿qué supuso para ti esta ciudad y esta experiencia?

Después de ese curso del paro vinieron muchos otros cursos en torno al diseño y la imagen. De repente un día me vi en una oficina haciendo publicidad de gimnasios. Me apunté a un curso de fotografía como válvula de escape y cuando acabé me fui a Australia e intenté ser fotógrafo. No me fue mal. Tenía libertad, podía sobrevivir en lo económico y no tenía responsabilidades. Conocí a una chica y nos fuimos a Berlín. Solo tengo buenos recuerdos de todo esto.

A veces me invitan a dar clases a escuelas de foto y casi siempre digo que es muy guay ese tiempo en el que intentas hacer algo. Recuerdo hacer retratos con una cámara Mamiya y un flash con generador, que pesaban como un demonio, en parques o playas. Recuerdo esa energía y ese entusiasmo.

«es muy guay ese tiempo en el que intentas hacer algo»

«Recuerdo esa energía y ese entusiasmo»

– En determinadas épocas has trabajado en otro tipo de profesiones no creativas ¿qué han supuesto para ti y qué te han aportado? ¿nos identificamos demasiado a través del trabajo? ¿hay victorias y fracasos?

Mi primer trabajo fue de reponedor, en el Alcampo de Parque Oeste. Cuándo éramos muy jóvenes casi todos mis amigos y yo trabajábamos en centros comerciales o fábricas, con contratos temporales. Somos hijos e hijas de gente trabajadora y creo que nunca podemos perder esa perspectiva.

En mi caso hay un miedo al fracaso, al no poder sostenerme en lo económico. Y vivo tiempos en los que solo me sostengo gracias a la ayuda de amigos y familiares. Es difícil escapar de la sensación de fracaso en esa posición. También he tenido temporadas de trabajos de media jornada que me permitían no estar muy cansado y poder hacer mis cosas. La verdad es que algunos trabajos eran un poco horror pero, vistos desde ahora, siempre he intentado montármelo de la mejor manera posible y también son todo buenos recuerdos.

«Cuándo éramos muy jóvenes casi todos mis amigos y yo trabajábamos en centros comerciales o fábricas»

«Somos hijos e hijas de gente trabajadora y creo que nunca podemos perder esa perspectiva»

– Obtuviste una Beca en la escuela EFTI de fotografía ¿cómo fue esta etapa para ti y cómo desarrollaste tu mirada como fotógrafo?

Muy guay, increíble. Iba por las tardes después del trabajo de diseñador. Tenía mucha energía y me flipaba todo lo que veía. Además te haces un grupo de gente amiga y el entusiasmo me desbordaba. Para mí era como estar en la serie Fama.

Miguel Oriola nos decía que si no sabíamos qué hacer que empezáramos. Era un época de hacer fotos de muchos tipos, de creerme Rineke Dijkstra, Thomas Ruff o Bleda y Rosa. Trabajé en algunas cosas de publi, alguna vez con famosos, lo pasaba fatal. Luego monté una empresa con unos amigos, sobrevivimos tres años e hicimos cosas chulas y cosas terribles. Fue una época de intentar e intentar.

– Eres autor del libro Y tú ¿por qué eres negro?, un proyecto que surgió a través de un blog que escribías ¿cuál fue el proceso creativo y qué acogida tuvo una vez publicado?

Empecé el proyecto porque me apunté a un curso de fotolibros, alguien me enseñó el The Dissappeared de Verónica Fieiras, y empecé a fantasear con hacer el mío. El proceso creativo fue muy intenso, en ocasiones doloroso, pero también muy satisfactorio. Primero tuve una etapa de acumulación, donde me interesaba todo lo que me iba encontrando y, finalmente, ante la fecha de entrega de la beca que conseguí, hubo una etapa de toma de decisiones.

La respuesta del público es maravillosa. Cada mes me escriben algunas personas, de alguna parte del mundo, que han descubierto el libro y me dicen cosas bonitas. No esperaba que mis historias le interesasen a casi nadie y está siendo un viaje que me da muchas alegrías.

«El proceso creativo fue muy intenso, en ocasiones doloroso, pero también muy satisfactorio»

«No esperaba que mis historias le interesasen a casi nadie y está siendo un viaje que me da muchas alegrías»

– También has dirigido la película A todos nos gusta el plátano un proyecto que desarrollaste también con una beca y que puede verse en FILMIN ¿cómo fue el rodaje y cuál fue tu criterio a la hora de escoger y montar el material? ¿por qué crees que ha suscitado reacciones tan opuestas en el público?

Sí, una vez que conseguí una beca importante luego me fue más fácil conseguir más. Gracias al Centro de residencias artísticas de Matadero pude hacer una película. La cosa fue hacer algo colectivo, con un grupo de gente amiga, y de hacer algo que nos gustara ver.

No fue un rodaje tradicional. Básicamente unos amigos y unas amigas grababan su intimidad para luego compartirla conmigo y con el público. Fue una cosa muy orgánica. Hablábamos de pelis, de sensaciones, de qué contar, de cómo, con algunas personas más, con otras menos. Me mandaron sus cosas, me encerré en una casa y vi todo de una vez. Lo volví a ver y algunas cosas me impactaron o emocionaron. Desde ahí construí un montaje.

A ver, la peli es un poco turras. La amas o la odias. Los comentarios en Filmin están muy polarizados, o la ponen un 10 o la ponen un 0. Algunos escriben furiosos y otras gentes me dan amor. No sé, mola. Es una cosa diferente al libro y para algunas personas es “como comerse un mango”. Se ve en cines de verano, filmotecas, universidades, museos, festivales de cine. Orgulloso.

«No fue un rodaje tradicional. Básicamente unos amigos y unas amigas grababan su intimidad para luego compartirla conmigo y con el público. Fue una cosa muy orgánica»

«Los comentarios en Filmin están muy polarizados, o la ponen un 10 o la ponen un 0. Algunos escriben furiosos y otras gentes me dan amor. No sé, mola»

– ¿Qué artistas y personalidades han sido y son referentes para ti?

Bueno, todo, ¿no? Al final son muchos estímulos y los vas filtrando un poco. Lo que intento hacer es pensar en la “cadena de toma de decisiones” de otras personas que hayan hecho cosas que me gustan.

A la hora de hacer el libro pensaba mucho en Daniela Ortiz, Spike Lee o Agnes Essonti. Y luego estaba toda la escena del fotolibro, Verónica Fieiras, Olmo González. En esa época leí a Ta Nehisi Coates y me flipó.

Con la pelí me sentía cerca de Claudia Claremi y me interesaba el concepto de ‘voz colectiva’. Recuerdo ver ‘El Futuro’ de Luis Lopez Carrasco y sentirme cineasta.

«Al final son muchos estímulos y los vas filtrando un poco»

«Lo que intento hacer es pensar en la “cadena de toma de decisiones” de otras personas que hayan hecho cosas que me gustan»

– ¿Qué relación tienen para ti el arte y la política y qué peso tiene la política sobre el arte a la hora de crear y financiar proyectos?

Bueno, ¿toda también, no?

Pero bueno, luego cuando hago mis proyectos intento dejar las cosas todo lo abiertas posibles para que el espectador o espectadora ponga su parte. Intento hacer cosas estimulantes y que hagan sentir bien. No me gusta hacer panfletos o decir que lo que hago, que es cultura, está a disposición de un proyecto político. Me gusta pensar que es algo más.

Los circuitos para la financiación de proyectos artísticos y culturales son un poco terribles a veces, sí. Ahora, con este ayuntamiento, Matadero tiene un paisaje muy diferente, por ejemplo.

«cuando hago mis proyectos intento dejar las cosas todo lo abiertas posibles para que el espectador o espectadora ponga su parte»

«No me gusta hacer panfletos o decir que lo que hago, que es cultura, está a disposición de un proyecto político. Me gusta pensar que es algo más»

– Tu obra siempre gira en torno a la identidad ¿por qué consideras que es tan relevante trabajar en este tema en este momento concreto?

Bueno, no sé. En 2014 inicié el proyecto Y tú, ¿por qué eres negro? a partir de una pregunta que me era repetida en muchas ocasiones. Desde entonces he publicado un libro y he hecho una película. Hay varias generaciones de hijas e hijos del camino, como diría Lucía Asué Mbomío, que queremos hablar de nuestras cosas y lo hacemos.

La verdad es que me genera cierto rechazo cuando alguien dice que el libro o la película son “otra mirada” o algo “necesario”…

– ¿En qué momento estás ahora creativamente y qué proyectos te gustaría realizar en el futuro?

Creo que muy bien. Tranquilo, disfrutando. Me apunté a un grado a distancia, de humanidades, y estoy leyendo, haciendo algún trabajo y así. Me tiene entretenido y me acerca al mundo académico. Me genera curiosidad y me mantiene el coco activo.

No tengo un plan a corto plazo. Tengo encargos comerciales, sobre todo me da mucho trabajo el Centro Cultural Espacio Afro, y me van saliendo encargos de diferente tipo. Me ronda la idea de hacer un videojuego, ya me compré un cuaderno hace tiempo pero lo tengo parado. Espero que se cruce con lo del grado y a ver qué pasa.

– ¿Qué consejo darías a una persona que comienza a trabajar en entornos creativos en España?

Pf, yo qué sé. Que haga ejercicio y que tenga en cuenta que las fechas de entrega siempre son negociables, que no llevamos ambulancias.

– ¿Qué es Espacio Afro y qué vínculo tienes con este proyecto?

Soy cofundador de Espacio Afro. Me cuesta mucho definirlo, a veces pienso que limitamos las cosas al definirlas, pero, en pocas palabras, es un centro cultural donde «lo afro está en el centro».

Ya llevamos 7 años haciendo cosas y es un espacio que comparto con gente a la que admiro mucho como Esther Mayoko, Amal Hussein, Yeison García, Moha Gerehou, Ana Bibang o Lucía Mbomío.

«a veces pienso que limitamos las cosas al definirlas»

«pero, en pocas palabras, es un centro cultural donde «lo afro está en el centro»

– Eres padre de dos niñas ¿cómo ha influido esto en tu vida y en tu trabajo? ¿qué asuntos te preocupan en su educación y en su futuro?

Lo cambia todo. De repente un día eres padre y todas tus prioridades cambian. Es una experiencia bastante poderosa.

La verdad es que voy partido a partido, cada día es increíble, e intento no preocuparme mucho.

– ¿A qué dedicas tu tiempo cuando no trabajas?

Me gusta estar en casa, en familia, cocinar, hacer algo de deporte, leer, ver series, películas, jugar a videojuegos. Esas cosas.

También me gusta estar con amigos, claro, cada día soy más de planes tranquilos. Soy todo un señor (risas).

– Un deseo que te gustaría se hiciera realidad.

Me gustaría mucho que el Atlético de Madrid ganara la Champions League.

«Me gustaría mucho que el Atlético de Madrid ganara la Champions League»

Más información

Rubén H. Bermúdez – Instagram – Twitter

Y tú, ¿por qué eres negro?

A todos nos gusta el plátano

Espacio Afro