8×8 (inifinito x infinito) es un proyecto curatorial de entrevistas a mujeres artistas dirigido por Andrea Perissinotto con la colaboración de YANMAG
«Si hago arte es por la libertad que concede»
Aline Part crea su obra a través de sus propias experiencias, desde lo íntimo y lo autobriográfico hasta lo global. Eligió el arte por la libertad que concede a la hora de crear, por lo que su trabajo no sigue una temática propia. Nos reconocemos en sus obras, tan cercanas, tan personales pero a la vez tan universales, que replantean cuestiones éticas, también desde el feminismo.
Andrea Perissinotto sobre la obra de Aline Part:
«Este túnel me recuerda otro túnel. El aire puro de los primeros días, la luz al final del coito, mis ojos en tu rostro inédito y toda la vida por delante. Aceptamos la locura, las miradas traviesas, las ganas de lamernos una oreja cada uno, cada cual con su saliva nueva. Nosotros, animales sordomudos convertidos en estruendos letales.
Flechas amargas en el pecho, en las mejillas. Flechas amargas en la boca, en la espalda. Ortigas en los pies, rabioso, te fuiste saltando encima de mi orgullo, donde mi sonrisa no prospera. Me despierto para vivir esa memoria otra vez, esperando a que todo lo callado explote por dentro… maldito recuerdo el que se queda demasiado en el fondo.
Un solo recuerdo y un día entero de soledad; juicios infinitos, autoculpabilidades. El ruido de las medusas en una bañera sin luz, cantando tu exilio, tu edad por debajo de la vejez, mi ambición de destrucción y tu cuello suave. Te extraño dulce, en la cama, hirviendo escalofríos eléctricos como son los principios, los inicios de cada historia.
Aline Part modula su voz, disruptiva y elegante, firme y cautivadora, como una mariposa de papel volando entre las chispas de un volcán en erupción. Sus creaciones nos sorprenden por la delicadeza del acabado y, a la vez, nos despiertan con un mensaje siempre acorde a su intención de hacernos pensar.
Pensar en que todavía existe la esclavitud, la de unos seres humanos postrados ante unas condiciones laborales indecentes, que la artista escenifica a través de diferentes series, una de ellas es Made by slaves. Tres palabras impresas en unas etiquetas que Aline cose encima de las originales, reescribiendo así el origen de esas prendas, que pasan de ser fabricadas en un país “Hecho en…”, a serlo por parte de su población explotada “Hecho por (esclavos)”.
De esa manera, nos hace partícipes y cómplices de aquellos abusos que nunca queremos reconocer, apartando nuestra mirada y, por ende, nuestras responsabilidades, de unos procesos comerciales cada vez más despiadados al igual que tolerados.
También nos hace pensar enfrentándonos a nuestros silencios. En la obra Repas de famille (Comida familiar) la incomunicación y los secretos de una familia se sirven en un comedor encima del cual hay unas vajillas repletas de espinas, y no hace falta tener a ningún comensal sentado a esa mesa para percibir, como nuestras, sus voces calladas. Síntomas de una sociedad que no escucha, que no dialoga y que se enmudece delante de los muchos aparatos tecnológicos que se han convertido en los nuevos oráculos para tantos yo unificados.
Esa homogenización de las mentes, de las voluntades de un colectivo manipulado, a pesar de creerse libre y autor de sus propias elecciones, nos remite a otra forma de esclavitud. Quizá tendríamos que agarrar con fuerza esos vasos y esos platos, sangrando hasta salvarnos. La apatía, apatía, apatía… es una trampa mortal. Herirse para escucharse, herirse para entrenar nuestra capacidad de ser, la voluntad de ser, el orgullo y el agotamiento de usar nuestro cerebro.
En la misma línea, tanto estética como conceptual, se encuentra Grenades (Granadas), donde una granada de mano se mimetiza en una cesta de frutos cuyo único nexo es el de compartir nombre con el artilugio bélico. Se trata de un conjunto de cerámicas que camuflan el elemento ajeno bajo un blanco uniforme, generando un efecto sorpresa en el espectador. En esta pieza el miedo se convierte en una variable más de la cotidianidad, donde la naturaleza propia del peligro se mezcla con la incógnita derivada de una posible distracción, o de una falta de atención que nos puede costar muy cara.
Significativa es también la sinceridad con la cual Aline Part nos hace partícipes de sus procesos creativos, como ella misma nos comenta: «me dejo llevar por mi trabajo artístico, no tengo un tema asignado, varía como varían mis obsesiones. Trabajo en mi propia biografía, en hechos significativos como mi separación, pero también en hechos sociales como el auge del nacionalismo en España, el machismo y la religión, entre otros».
Por tanto, cada obra, cada acción de la artista está fuertemente ligada con sus vivencias, pero, al mismo tiempo, reconocemos una vertiente universal en ellas, que genera empatía y también una alerta en el público. Porque nos reconocemos, voluntaria o involuntariamente, en los mensajes que Aline nos lanza. Basta con ver una de sus más recientes creaciones: No future en la cual estas dos palabras están formadas por unas abejas clavadas con alfileres en el fondo de una caja.
En palabras de la artista «se trata de una reflexión sobre la correlación entre la desaparición de insectos y el peligro de nuestra propia existencia. Ilustrando esta célebre frase atribuida erróneamente a Alfred Einstein “Si las abejas desaparecieran de la superficie del globo, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida”».
Según los cálculos de Naciones Unidas este año la población mundial ha superado los 8.000 millones de habitantes. En un planeta en el cual las heridas del cambio climático y la sobreexplotación de los recursos naturales inciden directamente en ese No futuro del que nos habla Aline, la pulcritud de sus mensajes choca con un trasfondo en el cual nos vemos representados y que está directamente relacionado con nuestra propia subsistencia. Se lee, pues, como una exhortación a despabilar y tomar conciencia de que la inercia con la que seguimos viviendo es un veneno que absorbimos lenta e inexorablemente.
Y yo mismo me incluyo en el ejército de peones sin rumbo, marchando a paso lento y atónito hacia la supervivencia, alejando la incertidumbre con el calor del confort. Pero ya no basta cambiar de pantalla, ya no es suficiente con omitir una noticia y pasarse a otra red social más divertida. Porque Aline Part nos ha dejado alguna que otra ventana rota y ese aire frío nos tendría que llevar la mirada hacia otro estado de concienciación.
Sé que nos estamos mirando, pero ya hemos cruzado todo lo que había que cruzar. Mejor desenroscar nuestros destinos y dejar el pasado donde está. Más silencios que recoger, más silencios que probar, para que unas voces nuevas hablen de todo lo que nos cuesta decir, con la confianza de una culpabilidad que sabemos que existe y que no puede, ni debe, ser la excusa para seguir quedándonos parados ni un minuto más.»
ENTREVISTA CON ALINE PART
– ¿Cómo definirías tu obra?
Nací en 1984 en Pau, en el sur de Francia. Fui una niña soñadora hipersensible y aterrorizada por la escuela empecé a pintar para evadirme… Por azar de la vida estudié artes plásticas en la universidad de Toulouse. Después del primer año de máster decidí ir a España donde al final viví 10 años. Residí en Sevilla fue un choque estético muy grande y mi arte tal como esta tierra se volvió más contrastado. Allí me enamoré y tuve a dos niños, poco después me separé y es cuando decidí que iba a dedicar cada minuto de mi vida al arte. Sufrí bulimia debido a la mezcla de mi actividad diaria con el trabajo: foto performance, videoarte, arte callejero, instalaciones…me formé en la creación de cerámica y empecé con el arte textil y el artivismo. Tuve que volver a mi país, me fui a vivir al campo con mis dos niños y monté un taller de cerámica para seguir creando con diferentes materiales y disciplinas.
Mi trabajo no tiene una temática propia, si hago arte es por la libertad que concede. Trabajo desde lo más íntimo, lo más autobiográfico hacia lo más global y político. Me gusta recorrer diferentes sitios como la calle, una galería o una casa okupa..
Expuse en distintos sitios: Inglaterra, Colombia, Túnez, Francia y España… me han entrevistado en distintos medios como la cadena ARTE (franco-alemana) además de periódicos y canales regionales (canal sur en Andalucía o la République des Pyrénées en Francia). Sigo queriendo expresarme, con mis dudas y mis rabias.
– ¿Tu obra tiene un sentido vinculado a la temática de la mujer o por el contrario tiene un carácter más universal?
Creamos desde nuestra experiencia, así que por supuesto creo como mujer que soy pero a la vez mi obra es muy heteróclita, no siempre hablo de feminismo. Últimamente me estoy centrando en temáticas más políticas cómo la ecología o la perdida de libertades que estamos viviendo. Por supuesto soy feminista al igual que estoy en contra de cualquier injusticia.
– ¿De qué proyecto de los que has realizado te sientes más orgullosa hasta el momento?
Mi pieza la más potente diría que es esta manzana con pinchos hecha de cerámica intitulada La bondad de Dios. Esta pieza habla del pecado original posicionando a Dios como un mal padre, un ser perverso. En mi trabajo me intereso mucho en los mitos y sobre todo en la religión cristiana. En esta obra me centro en el pecado original y digo que Dios hubiera podido protegernos cubriendo el pecado con pinchos en vez de camuflarlo en una fruta apetecible.
Y con el proyecto que estoy desarrollando en la actualidad, titulado Made by slaves voy a las tiendas de ropa a coser sobre las prendas unas etiquetas que ponen Made by slaves como denuncia de las condiciones de trabajo de los obreros que trabajan para multinacionales.
– ¿Qué proyectos te gustaría realizar en el futuro?
Tengo muchos proyectos en la cabeza, uno de ellos es la realización de camisas hawaianas peculiares. También me siento cada vez más artivista. Estuve un mes en Calais, en el norte de Francia, en una ONG para ayudar a los refugiados que se encuentren allí bloqueados a la frontera con Inglaterra. Esta experiencia me hizo ver que mi país (Francia) está literalmente en guerra contra unos civiles inocentes que huyen su país para un futuro mejor. De lo que vi me gustaría sacar una pieza, tengo un happening ya pensado pero difícil de organizar…
– ¿Es más complicado para una mujer artista desarrollar su carrera que para un hombre?
Claro que en una sociedad patriarcal es más difícil ser reconocida siendo mujer al igual que es más difícil ser presidenta del gobierno…los lugares de poder están defendidos por hombres y el mundo del arte no es diferente … Me gustaría añadir que hay algo que me dificulta todavía más mi trabajo y es el hecho de ser madre soltera, me cierra muchas puertas. Por ejemplo no puedo solicitar muchas residencias de artistas de larga duración y no me puedo mover con facilidad ni trasladar mi residencia.
– ¿Qué aconsejarías a una mujer artista que comienza en este momento?
Me parece importante no pisotear a las compañeras, nos tenemos que ayudar ya que el camino es difícil y parar de vernos como competencia unas a otras. En verdad esto no es problema de género, el arte es un mundo híper competitivo y es una pena. Somos personas muy sensibles y nos hacemos mucho daño…falta la solidaridad que nos permitiría tener una profesión más protegida y más reconocida.
– ¿Qué mujeres artistas han sido referentes para ti y en tu trabajo?
Varias mujeres me inspiran como Louise Bourgeois y Marina Abramovich, Francesca Woodman, Kiki Smith.
– ¿Qué mujeres artistas recomendarías conocer?
Hay muchas pero diría Ana Musma, Natalia Auffray, Charo Corrales…. Que además de ser buenas artistas son humanas maravillosas…
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