Marta Bueno – Studio Manager para artistas y Fundadora del podcast Archetypes

Marta Bueno - Fundadora del podcast Art Stories y Studio Manager para Artistas - Foto Berta Delgado - YANMAG
Fotografías y entrevista por Berta Delgado

«Busco ser un apoyo para que los artistas puedan centrarse en lo que realmente importa: su obra y su discurso»

Marta Bueno es Studio Manager para artistas, asesorándoles y guiándoles de manera práctica en su carrera para conseguir sus objetivos. Es también fundadora del podcast Archetypes con el que trata de divulgar de manera clara, transparente y cercana sobre el mundo del arte contemporáneo.

Su amplia y sólida formación abarca grado en Derecho por la Univeridad de Valladolid, grado en Historia y Patrimonio por la Universidad de Burgos, MBA en Administración y dirección de empresas por la Universidad de Valencia y Máster Internacional en Mercado del Arte por Barreira Arte+Diseño. Todo ello le ha dado una visión muy completa y práctica sobre el mundo del arte que utiliza para asesorar y divulgar.

Por esta razón ella es VII Premio Impulso a la Trayectoria Profesional YANMAG y damos a conocer a esta profesional apasionada por el mundo del arte en esta entrevista.

– Eres Licenciada en Derecho por la Universidad de Valladolid, Graduada en  Historia y Patrimonio por la Universidad de Burgos, MBA en Administración de Empresas por la Universidad de Internacional de Valencia y Máster en Mercado Internacional del Arte por Barreira Arte + Diseño. ¿Cómo ha sido la elección de todos tus estudios y qué supuso cada etapa de formación para ti?


Pues derecho fue inicialmente por aquello de “asegurarte el pan”, pero nunca me gustó realmente. Al terminar, en casa di el “disgusto” de que no iba a continuar con algo relacionado con esa carrera y, además, que quería estudiar Historia y Patrimonio, una opción muy de humanidades. Al principio tampoco me convenció: en Burgos está muy enfocado a Prehistoria, Atapuerca y Arqueología, y me frustraba mucho sentir que eso tampoco era lo mío. Pero por fin llegaron las asignaturas de Historia del Arte y ahí sentí el flechazo, sobre todo con los movimientos contemporáneos. Para mi gusto se daban muy pocas, así que continuaba formándome de forma autodidacta.


Cuando empecé a preparar el TFG estaba completamente perdida: no me gustaba ninguno de los temas propuestos y pedí voluntariamente hacerlo sobre mercado del arte, algo que nunca se había tratado en la carrera. Me lo concedieron y ahí encontré lo que realmente me apasionaba. Al inicio pensaba que encajaba más en casas de subastas y mercado secundario, pero aún me quedaba mucho por recorrer.

Al terminar, tenía claro que necesitaba formación en economía —un área que nunca se aborda en humanidades—, así que cursar un MBA no era negociable. Después encontré el máster en Mercado del Arte en Barreira, que me pareció una especialización idónea, y realmente lo fue. Aunque al principio tampoco encontraba mi lugar, me atrapó lo que veíamos en clase sobre el papel del galerista dentro del mercado. Llegué a pensar que mi destino final sería trabajar en una galería o fundar la mía propia.
Pero tras las prácticas del máster, y un tiempo algo perdida en el sector, descubrí que lo que de verdad me gustaba era, por un lado, comunicar mi pasión por el arte y tratar de trasladársela a todos con quienes hablaba. Muchas veces me insistieron en que debería tener un podcast porque, literalmente, doy bastante «la matraca» con el tema.


También me di cuenta de que en el sector hay espacio para más voces, y que muchas veces lo que aleja a la gente del arte no es el arte en sí, sino la forma en que se transmite o la imagen que proyecta. Pensé que esa comunicación podía hacerse de una manera atractiva, sencilla y cercana. Y me pregunté: si existen un montón de podcasts sobre moda, historia, economía o emprendimiento, ¿por qué de arte hay tan pocos? Así que dije: «venga, pues adelante».


Por otro lado, el contacto directo con los artistas: ayudar en la gestión de sus carreras, descubrir nuevas voces, trabajar en aplicaciones de becas y convocatorias… Ese acompañamiento, que no está necesariamente orientado a la venta como en una galería, sino más bien a que los artistas encuentren en mí un apoyo para lograr posicionamiento en el sector.

«descubrí que lo que de verdad me gustaba era, por un lado, comunicar mi pasión por el arte y tratar de trasladársela a todos con quienes hablaba»

Marta Bueno - Fundadora del podcast Art Stories y Studio Manager para Artistas - Foto Berta Delgado - YANMAG

«muchas veces lo que aleja a la gente del arte no es el arte en sí, sino la forma en que se transmite o la imagen que proyecta«

– ¿Qué significa para ti el arte y por qué te apasiona?


Creo que el arte es lo más bonito que me ha pasado en la vida. Mis abuelos nos llevaban a mi hermana y a mí al MUSAC; no sé muy bien por qué, pero era parada obligatoria cada vez que íbamos a León con ellos de vacaciones. Creo que en parte mi relación con el arte nace de ahí, de esa sensación de felicidad en un sitio lleno de colores, y también porque me reconforta pensar que ellos, desde arriba, ven que soy feliz gracias a ello.


Para mí el arte es mi vida: es lo que me emociona, lo que me nutre y lo que me impulsa a pelear día a día para estar presente y aportar al sector. Creo que ya he perdido el miedo a sentirme perdida —porque es parte del camino—, pero no he perdido el miedo a fallar. El arte me duele y me fascina a la vez. Estoy enamorada de este sector que escogí; me obsesiona. Solo quiero visitar, conocer, descubrir, seguir formándome y tener la seguridad de cada paso que doy.

«Para mí el arte es mi vida: es lo que me emociona, lo que me nutre y lo que me impulsa a pelear día a día para estar presente y aportar al sector.»

Marta Bueno - Fundadora del podcast Art Stories y Studio Manager para Artistas - Foto Berta Delgado - YANMAG

«El arte me duele y me fascina a la vez. Estoy enamorada de este sector que escogí; me obsesiona.»

– Has sido coordinadora de exposiciones del MUSAC, ¿cómo fue esta experiencia para ti?


El MUSAC significaba mucho para mí porque era el lugar en el que tantas veces había estado con mi hermana y mis abuelos… y donde de pequeña soñaba con trabajar, aunque no supiera muy bien en qué. Recuerdo que con mi hermana jugábamos a organizar las obras de los catálogos que nos llevábamos y las “colgábamos” imaginariamente por el pasillo de la casa de mi abuela.

Trabajé allí durante mis prácticas de la universidad. El MUSAC está en León y yo en ese momento estudiaba a distancia desde Valladolid, así que me levantaba todos los días a las cinco de la mañana para coger el tren hasta León, hacer las prácticas y volver a Valladolid a mi trabajo de jornada parcial en El Corte Inglés. Fue agotador, pasé muchísimo frío, pero mereció totalmente la pena: era la primera vez que trabajaba en algo relacionado con mis estudios y estaba que no me lo podía creer.

La experiencia real de trabajar en MUSAC me dio muchísima estructura y me demostró que era capaz de casi todo, que no me había equivocado con el camino. Me di cuenta de que quizá la parte más institucional no era lo mío, pero organizar exposiciones, ver cómo se vertebraban los conceptos, cómo cambiaban los espacios de una muestra a otra y descubrir esa vida interior que tienen los museos —esa parte que el público no suele ver— fue algo que me fascinó.

– También has sido asistente de galería. ¿Cómo fue la experiencia de trabajar en una galería de arte contemporáneo? 


Realizar prácticas en una galería supuso un punto de inflexión. Después de la experiencia en el museo y ahora en la galería pensé que, por fin, había encontrado mi lugar en el sector… pero fue revelador descubrir que no era así, que aún debía seguir buscando y aprendiendo. No he descartado del todo la idea de trabajar en una galería, pero de momento considero que ya hay muchos profesionales que lo hacen muy bien y que mi papel no está ahí.


Me di cuenta de que no tengo la parte comercial: nunca he sido buena vendedora, aunque mis años de estudios los pasé trabajando de cara al público como dependienta. Incluso entonces era más feliz en el almacén organizando pantalones y camisetas que en atención al cliente. En la galería me pasaba algo parecido: disfrutaba mucho más con las tareas de organización del día a día, el papeleo, las convocatorias, las facturas, la programación, los montajes y desmontajes. Esa parte me fascinaba.
Siempre me ha costado sociabilizar; ahora lo hago porque es necesario para mi proyecto, aunque muchas veces pienso que si alguien presentara el podcast por mí y me dejara la parte de guion, edición y gestión, sería mucho más feliz. Supongo que todos tenemos inseguridades, pero vencer los miedos es necesario para crecer, así que voy poco a poco.


Trabajar en la galería me dio algo fundamental: claridad. Supe qué no quería en mi vida laboral, descubrí en qué aspectos sí era buena, también que debía aprender mucho muchísimo sobre artistas, movimientos y conceptos y recibí el empujón para salir de la zona de confort y atreverme a tener un proyecto propio. Fue también el momento en que me dije: esto tiene que funcionar, porque no pienso volver a trabajar para nadie más en la vida.

«Recibí el empujón para salir de la zona de confort y atreverme a tener un proyecto propio.»

Marta Bueno - Fundadora del podcast Art Stories y Studio Manager para Artistas - Foto Berta Delgado - YANMAG

«Fue también el momento en que me dije: esto tiene que funcionar, porque no pienso volver a trabajar para nadie más en la vida.»

– En tu opinión, ¿cómo debe ser la comunicación sobre arte contemporáneo para que llegue a público que no está familiarizado?


Creo que la comunicación sobre arte contemporáneo debe ser simple, accesible y cercana. No puede servir para reforzar prejuicios ni estigmatizar más a un sector que de por sí ya tiene barreras muy altas, sino justo para lo contrario: abrir caminos. Vivimos en una generación privilegiada en cuanto al acceso a la cultura, pero, por algún motivo, desde ciertos sectores se empeñan en dificultar este acceso, como si hubiera que mantenerlo exclusivo.


Siempre se repite la frase de que “el arte contemporáneo no es para todo el mundo”. Yo pienso que, lo primero, es permitir que todo el mundo lo conozca y, a partir de ahí, que cada persona decida si le interesa o no. Igual que cuando vamos al cine: puede que una película nos guste más o menos, pero eso no nos hace ni mejores ni peores espectadores. Tenemos criterio, gusto y apreciación propios, y con el arte contemporáneo debería pasar exactamente lo mismo.


Lo que sucede es que si ya de entrada el público general se encuentra con puertas cerradas, con discursos difíciles de descifrar o con esa sensación de elitismo, lo normal es que no se sienta conectado ni representado. Y eso nos devuelve a una situación que no podemos permitir: la del arte como algo exclusivo de unos pocos privilegiados. Antes eran el clero, la nobleza o la burguesía; hoy, el riesgo es que volvamos a caer en un modelo donde solo quienes tienen dinero o formación académica puedan acercarse al arte.


Es que, al final, los artistas representan ideas, aspectos y cuestiones sociales de la realidad actual. Trabajan con conceptos que, como seres humanos, nos interpelan directamente: nos ayudan a formar opinión, a desarrollar pensamiento crítico, igual que lo hace la filosofía, otra disciplina que parece haber quedado en el olvido. Y si todas esas herramientas que nos permiten profundizar en las distintas capas de los hechos que vivimos a diario se dejan de lado, lo que queda es una sociedad que se queda solo con lo superficial. Que está bien, lo superficial también tiene su lugar, pero necesitamos algo más: necesitamos disciplinas que nos inviten a pensar, cuestionar y mirar más allá de lo evidente.


La realidad es que ahora tenemos una suerte increíble: la mayoría de los museos, galerías o espacios expositivos son gratuitos y de libre acceso. Y, desde mi experiencia personal, nunca me he encontrado a alguien que se riera de mí por no entender algo. Al contrario, siempre he encontrado a profesionales dispuestos a explicar. Y si alguna vez me he cruzado con alguien borde, pues como en todos los sectores: con no volver basta.


Por eso pienso que la comunicación cultural debería desprenderse de ese halo de complejidad y elitismo, y apostar por ser más transparente, directa y abierta. Y además, debería modernizarse. No pasa nada por inspirarse en lo que ya hacen otras disciplinas, como la moda. La alta costura, por ejemplo, mueve millones, pero aunque no seas consumidora de esas prendas puedes seguir un desfile, leer revistas, seguir creadoras de contenido en redes sociales y apasionarte igual. El arte contemporáneo debería aprender de eso: permitir que cualquiera pueda acercarse, que exista esa posibilidad de descubrir, y que no haya barreras simbólicas que te digan “esto no es para ti”.
En definitiva, la comunicación sobre arte contemporáneo debe aspirar a ser un puente y no un muro.

«necesitamos disciplinas que nos inviten a pensar, cuestionar y mirar más allá de lo evidente»

Marta Bueno - Fundadora del podcast Art Stories y Studio Manager para Artistas - foto Berta Delgado - YANMAG

«la comunicación sobre arte contemporáneo debe aspirar a ser un puente y no un muro»

– Dentro de tu experiencia dentro del sector, ¿qué necesidades has detectado que tienen los artistas noveles?


Opino que al salir de las carreras y másteres falta muchísima información práctica. Con el tiempo, en el ejercicio de la profesión, uno va adquiriendo esa experiencia, pero lo cierto es que se sale al mundo con un conocimiento puramente teórico, sin haber enfrentado problemas reales como: presentar una convocatoria, preparar un portafolio, hacer una factura, conocer tus derechos de autor o cómo funciona el régimen de autónomos. Son muchas cosas, y en demasiadas ocasiones los galeristas que representan a los artistas tampoco cumplen con informarles o apoyarles en estas tareas. En definitiva, el artista termina siendo empresario y productor al mismo tiempo, y si tu mente está ocupada en resolver cuestiones administrativas en lugar de centrarte en tu pintura o en construir tu discurso artístico, acabas relegando lo esencial: la creación.


A esto se suma la precariedad que todos sabemos que existe y que muchas veces obliga a los artistas a tener trabajos secundarios o side jobs. Esa situación hace que la práctica artística quede reducida a unos pocos que sí pueden permitirse ayuda externa o dedicarse de lleno a producir. Y claro, esto se agrava si eres artista emergente o recién salido de la universidad: trabajos temporales, mal pagados, becas que no llegan, ingresos que se retrasan, noes constantes o simplemente no-respuestas. Es un sector muy crítico para poder generar obra. Si ya para cualquier profesional liberal —un abogado, un economista, un arquitecto— el contexto es estresante y difícil, para un artista lo es todavía más.


Por otro lado, creo que tampoco están claros los pasos a seguir en una carrera artística. Por ejemplo: si sales de Derecho, sabes que puedes hacer el máster de acceso a la abogacía u opositar. Pero cuando sales de una carrera de humanidades, la salida que más se señala es la docencia, sin animar a los estudiantes a pelear por su carrera artística o a explorar otras vías. No se muestran todas las oportunidades que ofrece una formación en humanidades. Y menos aún se enseña cómo iniciar una carrera artística, qué pasos dar, cómo acercarse a galerías o a profesionales del sector.


Tampoco hay una preparación psicológica, que considero fundamental: para lidiar con la frustración, con las expectativas, con la realidad del “no” que vas a recibir muchas veces. Y se da muy poca relevancia al networking, cuando es clave. Creo que lo que falta es estructura, claridad, y sobre todo más profesionales que estén activos en el mercado del arte y que puedan aportar testimonios reales dentro de las universidades y escuelas de bellas artes.


No digo que desde las universidades se deba ofrecer un esquema cerrado y matemático —porque cada artista y cada trayectoria son únicas—, pero sí es importante que se dé una idea realista de lo que hay fuera de la escuela. Eso ayudaría a que quienes empiezan lo hagan con más herramientas y con una visión más clara del contexto al que se enfrentan.

«se sale al mundo con un conocimiento puramente teórico, sin haber enfrentado problemas reales como: presentar una convocatoria, preparar un portafolio, hacer una factura, conocer tus derechos de autor o cómo funciona el régimen de autónomos»

Marta Bueno - Fundadora del podcast Art Stories y Studio Manager para Artistas - Foto Berta Delgado - YANMAG

«Si ya para cualquier profesional liberal —un abogado, un economista, un arquitecto— el contexto es estresante y difícil, para un artista lo es todavía más.»

– En la actualidad ofreces servicios de studio manager para artistas ¿en qué consisten, cómo puedes ayudar a los artistas y qué perfil es el más adecuado para tus asesorías?


Sí, ofrezco servicios de studio manager muy personalizados, pensados casi como un traje a medida. No me interesa llevar a muchos artistas, al contrario: me gusta trabajar con una cartera reducida, de unas cinco o diez personas en total. La idea es poder acompañar tanto a artistas emergentes, como a algunos en un estadio más avanzado —mid-career o en camino a consagrarse—, para poder dedicarles el tiempo y la atención que realmente requieren.


Mi manera de trabajar empieza por conocer a fondo las necesidades de cada artista. A partir de ahí, ofrezco un servicio integral que puede incluir la búsqueda de una galería adecuada, búsqueda de la primera exposición, la preparación y envío de solicitudes para premios, becas y residencias, la elaboración de mailings y contactos previos a ferias, así como el acompañamiento legal, fiscal y administrativo. También apoyo en la construcción del portafolio, la redacción de aplicaciones, la comunicación y, si lo necesitan, la gestión de sus redes sociales.

Todo el servicio que ofrezco se adapta a la situación de cada artista: no es lo mismo alguien que empieza que alguien que ya está consolidando su trayectoria. Mis precios también son flexibles según esas circunstancias, porque creo que el acompañamiento debe ser realista y sostenible.
Además, ofrezco consultorías puntuales de una hora para aquellos que requieran algo más puntual. En esas sesiones trabajo de forma muy intensiva sobre el caso concreto del artista, y trato de dar toda la información práctica posible para que se vaya con herramientas claras, ideas aplicables y una visión más estructurada de sus próximos pasos.


En definitiva, lo que busco es ser un apoyo y un acompañamiento para que los artistas puedan centrarse en lo que realmente importa: su obra y su discurso. Todo lo demás —la gestión, las aplicaciones, la estrategia— lo podemos trabajar juntos, para que no tengan que enfrentarse solos a un sector que muchas veces resulta abrumador.

«busco ser un apoyo y un acompañamiento para que los artistas puedan centrarse en lo que realmente importa: su obra y su discurso»

Marta Bueno - Fundadora del podcast Art Stories y Studio Manager para Artistas - Foto Berta Delgado - YANMAG

«Todo lo demás —la gestión, las aplicaciones, la estrategia— lo podemos trabajar juntos, para que no tengan que enfrentarse solos a un sector que muchas veces resulta abrumador.»

– Eres fundadora del podcast Artchetypes ¿cómo surgió la creación de este espacio y qué objetivo tiene?


Todo surge a raíz de algo muy personal: cuando terminé Derecho nunca supe explicar en casa —sobre todo a mi madre— a qué me quería dedicar, igual me pasó al terminar Historia, el máster y las prácticas, me costaba definirlo. Decía que quería trabajar en el arte contemporáneo, pero no era artista, ni galerista, ni trabajaba en una casa de subastas. Y en ese “no saber cómo nombrar” encontré un vacío. Lo que más me gusta es escuchar. Sin embargo, no encontraba una plataforma que sirviese como escalón de entrada al sector, un espacio para conocer sus inicios, sus cimientos, sus dinámicas internas y la enorme variedad de perfiles que lo componen.


Así nace Artchetypes: como un espacio seguro, un lugar para todas aquellas personas que aman el arte contemporáneo, pero no encuentran un sitio claro en el que estar. Me gusta pensarlo como una plaza con un parque: ese sitio donde quedas con tus amigas para charlar, pero en lugar de hablar de cualquier otra cosa, el tema es el arte y todo lo que conlleva. A través de estas conversaciones quiero dar a conocer las diferentes voces que vertebran el sector, de manera que quien llegue —sobre todo artistas o profesionales que, como yo tras acabar el máster, se sientan un poco perdidos— pueda descubrir caminos y discursos que muchas veces permanecen invisibles.

Imágenes del podcast Artchetypes en su cuenta de Instagram


El podcast también busca desmitificar ese elitismo que se le atribuye al arte contemporáneo. Existe todavía la idea, reforzada por medios generalistas, de que se trata de un mundo exclusivo para unos pocos con alto poder adquisitivo. Pero eso es una imagen muy sesgada: se construye a partir de los precios más visibles y de una pequeña muestra del sector. En realidad, hay muchas otras formas de participar y acceder. Basta mirar a países como Alemania o los del norte de Europa, donde existe una cultura de compra de arte entre gente común —abogados, médicos, panaderos—, algo que en España todavía no ocurre. Se trata de normalizar la idea de que, en lugar de comprar láminas, es posible adquirir obra original por un poco más, y que eso forme parte de la vida cotidiana.


En definitiva, Artchetypes nace de la necesidad de repensar cómo se vertebra el sector y de generar un cambio de paradigma en la manera de comunicar al público general lo que ocurre dentro de él. Quiero ofrecer una visibilidad clara, menos opaca, para que se entienda la importancia de lo que hacemos. Y creo que el formato podcast y las redes sociales son clave en esto: son los nuevos medios de comunicación, los que realmente llegan a las nuevas generaciones. Desde ahí podemos replantear estas dinámicas, acercar el arte a la gente e incentivar que consumir y ver arte no se perciba como una acción elitista, sino como algo cotidiano y natural en nuestro día a día.

«Artchetypes nace de la necesidad de repensar cómo se vertebra el sector y de generar un cambio de paradigma en la manera de comunicar al público general lo que ocurre dentro de él»

Marta Bueno - Fundadora del podcast Art Stories y Studio Manager para Artistas - f<oto Berta Delgado - YANMAG

«Quiero ofrecer una visibilidad clara, menos opaca, para que se entienda la importancia de lo que hacemos.»

– ¿Qué proyectos te gustaría realizar en el futuro?


Pues me encantaría poder establecer un centro o residencia para artistas, un espacio donde ellos puedan dedicarse exclusivamente a su producción artística sin tener que preocuparse de si tienen que preparar este u otro formulario para una beca, un premio o una residencia. La idea sería que ese centro pudiera ofrecerles un apoyo integral, encontrar las mejores oportunidades para cada uno, hacerles, en definitiva, un traje a medida.


Creo que existe muchísima precariedad dentro del sector y faltan espacios donde los artistas, o incluso los curadores, puedan desarrollar su trabajo de manera digna. No podemos olvidar que el arte que producen, o los textos que escriben, son testimonios vivos de la historia que estamos viviendo ahora mismo: es el legado que vamos a dejar a nuestros hijos y nietos.

– ¿Cómo es tu tiempo cuando no trabajas?


La verdad es que no hay un tiempo en el que no trabaje; siempre llevo el teléfono encima y al final es lo que tiene poner en marcha un proyecto propio. Pero, fuera de eso, me considero muy deportista: me encanta salir a correr y, sobre todo, nadar en el mar. También disfruto mucho leer, escribir o dedicarme a mejorar mis skills de edición de vídeo y audio.


Salir por Valencia es algo que me da mucha vida, aunque también disfruto muchísimo de la soledad: pasear sola, visitar galerías o museos sin llevar la cámara encima, simplemente para mirar y dejarme llevar. Soy bastante DIY: me gustan las manualidades, hacer mis propios complementos o cosas para la casa. Me encanta limpiar y reorganizar mi vida casi cada semana (es un ritual), siempre con un podcast de True Crime de fondo.

– Un deseo que te gustaría se hiciera realidad


Que mis proyectos de asesoría de artistas y divulgación sobre arte contemporáneo sean económicamente sostenibles, tener 4 hijos y poderles dar la estabilidad y seguridad que yo no tuve. Y que esta seguridad sea siempre gracias a mi trabajo como studio manager y al podcast Artchetypes.

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«Que mis proyectos de asesoría de artistas y divulgación sobre arte contemporáneo sean económicamente sostenibles»

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