Stella Maldonado Esteras – Doctora en Didáctica de la Expresión Plástica

Stella Maldonado - Doctora en Didactica de la Expresion Plastica. Foto Berta Delgado. YANMAG
Fotos y entrevista: Berta Delgado

«Cambias tu vida a través de las artes si las sabes mirar y valorar.»

Stella Maldonado Esteras es Doctora en Didáctica de la Expresión Plástica y Licenciada en Historia del Arte, además de Graduada en Educación Social. Máster en Museografía y Exposiciones. Es docente en educación superior y ha realizado el diseño, ejecución, evaluación y coordinación de actividades educativas en torno al Arte en instituciones como Museo Nacional de Artes Decorativas, Museo del Traje, ARTIUM de Vitoria.

En este momento se embarca en un proyecto muy personal de investigación de educación patrimonial sobre la historia de su abuela, Matilde Sánchez Álvarez, mujer de fuertes convicciones contra la dictadura de Franco que fue represaliada por el régimen. La investigación no solo se centra en ella, también en otras mujeres que sufrieron la represión. En colaboración con el Colectivo Memoria y Libertad, comparte y recaba información para conseguir el justo reconocimiento y homenaje a las víctimas del franquismo.

– Eres Doctora en Didáctica de la Expresión Plástica y Licenciada en Historia del Arte ¿en qué momento comenzó a interesarte el arte y su enseñanza?


Sí, eso dicen los papeles y las certificaciones que últimamente tengo tan presentes por temas laborales.
Si soy sincera, creo que fue de rebote. En BUP (sí, soy del antiguo Bachillerato Unificado Polivalente, soy un poco mayor), en el segundo año me fui a letras puras, porque en las mixtas tenía matemáticas y soy bastante zote con los números. Allí estudié Historia del Arte con una profesora bastante horrorosa que no motivaba nada (mi amiga Arancha, compañera de colegio y de instituto, siempre me la recuerda para que no acabe como ella). Y, de repente, el arte me empezó a gustar: las ruinas griegas, los símbolos escondidos, el románico… Y empezar a odiar a Picasso. Aunque, todo hay que decirlo, casi suspendo el examen de esta materia de selectividad. En verdad iba para turismo, y como no me daba la nota, me fui a la Licenciatura de Historia del Arte. La cosa es que pasé 5 años maravillosos en los que aprendí un montón y compartí mi tiempo con personas estupendas. Estos años de Universidad suponen un recuerdo esencial para mí.

«pasé 5 años maravillosos en los que aprendí un montón y compartí mi tiempo con personas estupendas»

Stella Maldonado - Doctora en Didactica de la Expresion Plastica. Foto Berta Delgado. YANMAG

«Estos años de Universidad suponen un recuerdo esencial para mí.»


Y la educación vino un poco después, al tomar contacto con la línea museística, el hacer llegar los conocimientos que albergan los museos, a las personas que los visitan (e incluso, a las que no). Me formé en Educación Social para tener las bases pedagógicas que echaba en falta, siempre con la idea de no dedicarme a la enseñanza reglada, sino continua, con colectivos diversos. Y, 22 años después de terminar la carrera, y con un aprendizaje experiencial en la educación no formal, me encuentro ligada a la enseñanza superior y teniendo claro que, a día de hoy, no sabría dedicarme a otra cosa que no fuera la educación artística y la investigación en torno a los procesos que se construyen con las personas. Eso, o irme a habitar un faro.

– Por tu experiencia ¿de qué manera cambia el arte a las personas? ¿cómo consideras que te ha cambiado a ti durante tu vida?


Voy a volver a ser sincera: creo que el arte no cambia a las personas, se puede vivir sin arte perfectamente. Pero una vida sin arte, seguramente, es muchísimo más aburrida. El arte aporta alicientes, miradas, identificaciones y un largo etcétera de dones que cada persona atesora… pero no cambia la vida de nadie. Tú eres quien cambias tu vida a través de las artes (esto suena muy Mr. Wonderful, sin ser yo nada de tacitas motivadoras) si las sabes mirar y valorar. Y en este proceso entran en juego muchas cosas: la sociedad, la educación, tu gente, las cosas buenas y malas que te atraviesan, los sitios y momentos que habitas, los afectos y desafectos, los desapegos y las querencias.

¿Ha cambiado el arte mi vida? Aunque suene contradictorio con lo anterior, sí, sin duda la ha cambiado. ¿Cómo la ha cambiado? Pues a través de todas estas cosas que he mencionado. Sobre todo, las artes me han brindado una mirada amplia sobre otras muchísimas cosas de la vida y cientos de posibilidades de ser, estar y conocer. Y a muchísima gente con la que me he cruzado y con la que comparto el camino de la educación artística.

He pasado tiempos en mi vida en que visitaba una exposición o un museo y me tenía que salir porque me ahogaba, y otras ocasiones en que deambulaba por las salas en busca de inspiración para proyectos o decisiones personales. Mi relación con las artes es muy caleidoscópica, tiene muchas aristas y recovecos, son un bálsamo y un termómetro de mi estado anímico.

«las artes me han brindado una mirada amplia sobre otras muchísimas cosas de la vida y cientos de posibilidades de ser, estar y conocer»

Stella Maldonado - Doctora en Didactica de la Expresion Plastica. Foto Berta Delgado. YANMAG

«Mi relación con las artes es muy caleidoscópica, tiene muchas aristas y recovecos, son un bálsamo y un termómetro de mi estado anímico.»

– Estás desarrollando un proyecto de investigación de educación patrimonial en torno a la figura de tu abuela, Matilde Sánchez Álvarez. ¿Quién era ella y cómo fuiste descubriendo su historia? ¿Por qué piensas que es importante que se conozca?


¿Quién era mi abuela? Buff, qué pregunta más difícil de contestar, aunque escribí un texto sobre ella. Mi abuela es (si me disculpáis, voy a hablar en presente de ella) la única merecedora de esa etiqueta. Ella y Federico, mi abuelo, han sido, son y serán mis abuelos. Con ellos me crié, conviví y a los que guardo gran afecto. La figura de los abuelos te marca mucho, porque aprendes de su ejemplo. Con el pasar del tiempo, cada vez les echo más de menos y me encantaría compartir con ellos tantas cosas.


Mujer, luchadora, trabajadora, artista, cuidadora, madre, abuela, hermana, esposa… Todas estas cosas, y muchas más, representan a mi abuela Matilde. De su historia no he sabido casi nada hasta que ella falleció, no fue hasta ese momento en que empecé a hacerme preguntas más controvertidas, no solo sobre su vida, sino también sobre una historia muy reciente que nos compete a todas y a todos, y que no deberíamos eliminar de nuestra memoria.

Matilde Sánchez Álvarez


Mi abuela murió con 95 años en la cama de un hospital, dándome la mano y, aunque parezca una locura, creo que me insufló en ese último apretón y suspiro, las ansias por conocer, por saber y resignificar su memoria y la de tantas mujeres y hombres que con sus manos amorosas y encallecidas lucharon por un mundo mejor.


Es a ellas y a ellos a los que hay que conocer, no solo a mi abuela que es importante para mí y para mi familia directa. Tener a estas personas valerosas en la memoria, dando la importancia que merece a su vida, es la mejor de las justicias que se pueden hacer en el presente y legar al futuro.

«creo que mi abuela me insufló en ese último apretón y suspiro, las ansias por conocer, por saber y resignificar su memoria y la de tantas mujeres y hombres que con sus manos amorosas y encallecidas lucharon por un mundo mejor.»

Stella Maldonado - Doctora en Didactica de la Expresion Plastica. Foto Berta Delgado. YANMAG

«Tener a estas personas valerosas en la memoria, dando la importancia que merece a su vida, es la mejor de las justicias que se pueden hacer en el presente y legar al futuro.»


Y, ahora, contesto a la pregunta inicial: la educación patrimonial, y en concreto, la coeducación patrimonial es una de mis líneas de investigación y de acción profesional. He trazado un proyecto que quiere visibilizar las historias de vida de algunas mujeres que sufrieron la represión franquista a lo largo del tiempo a través de las voces del presente, las de sus familiares, con orgullo y alegría de su testimonio, como afirmaba la escritora Almudena Grandes. Es un proyecto con base feminista, como todas las líneas de estudio y acción que tengo y, por tanto, inclusivo, transversal, que promueve la equidad y la crítica a unas memorias que nos han sido ocultadas por una historia de vencedores impuesta. Mi abuela es el leit motiv, la inspiración, el germen del trazado de una cartografía patrimonial
mucho más extensa.


Como puedes observar, repito muchas palabras como recuerdo, memorias, visibilización, resignificación… Estas junto con historias, personas, tiempos, afectos, agencia, son recurrentes en mis acciones porque todas estas cosas (esta manía mía de darle importancia a “las cosas” se la debo a la investigadora e historiadora del arte María Rosón Villena) están en estrecha unión con los patrimonios.

– Mencionas con frecuencia el miedo que sintió tu abuela durante toda su vida y cómo le afectó la represión franquista ¿cómo se manifestaba y os lo comunicaba a la familia?


Mi abuela, con 22 años… (si pongo puntos suspensivos es porque necesito respirar un poco al contar su historia) fue detenida y conducida a la Cárcel de Mujeres de Ventas. Su delito: tener unas ideas contrarias al ignominioso “movimiento nacional” y defenderlas con todas sus fuerzas. En Ventas empezó a cumplir su condena (6 años y un día) y luego estuvo en la cárcel de partido de San Lorenzo de El Escorial. De lo que pudo pasar yo no lo conozco por su propia voz. Es a través de los testimonios de mujeres inmensas que, a lo largo del tiempo, he ido leyendo: Juana Doña, Manuela del Arco, Tomasa Cuevas, Josefina Amalia Villa, Justa Freire, Mercedes Núñez Targa, María Sánchez Arbós, Trinidad Gallego, Ángeles García-Madrid, y tantas otras que sufrieron la represión franquista (tanto de puertas para fuera como para dentro del hogar), si me apuras, triplemente: por ser mujeres, por no ocultar sus ideas y por ser familiar de alguien contrario al régimen impuesto.


Mi abuela fue represaliada, pero no fusilada como sí lo fueron otras muchas mujeres (en Madrid, fueron 80 en total). Y esa represión estuvo presente, sin sus familiares saberlo, a lo largo de toda su vida: se manifestó a través del silencio, un silencio que opacó su historia. Porque historia no solo hay una, sino muchas, y todas tienen importancia y valor.

En mi casa, mi abuela, se manifestó bastante poco; sabíamos que había estado en prisión, que la familia materna estaba del lado del Frente Popular, que un tío-abuelo mío se tuvo que exiliar a Francia. Siempre nos decía a mis hermanos y a mí que no nos significáramos ni fuéramos a manifestaciones para no meternos en líos. No le hicimos mucho caso. A tiempo pasado, es posible que mi abuela pensara que nos podía pasar lo mismo que a ella, aunque viviéramos ya en democracia. De ahí, el miedo. Hicieron muy bien su trabajo, consiguieron que una generación entera viviera doblegada, silente. Pero se han topado con lo que la historiadora y escritora Esther López Barceló llama “la generación de la conjura”, es decir, las (bis)nietas y (bis)nietos que deseamos hacer visible la urdimbre de su memoria, tejer sus voces en una melodía sin fin. Porque hemos vencido el miedo, no tenemos rencor, sino que sentimos afecto por todas ellas. Y de ahí nuestra tarea.


Empecé a investigar y a solicitar algunos papeles, tuve acceso a información desconocida por mí y por el resto de mi familia. Pero mi abuela ya no estaba aquí, para dar testimonio. Una de las penas, que me acompañará siempre, fue no preguntar más, no interesarme antes. Y, desde estas líneas quiero exhortar a las administraciones públicas competentes para que no pongan tantas trabas ni de tiempo ni de acceso a todo un patrimonio documental guardado en los archivos estatales (Ministerio del Interior o Archivo Histórico de Defensa, por ejemplo). Las familias y las personas que nos dedicamos a la investigación, para avanzar, debemos tener acceso libre, regular y sin cortapisas a todo documento que nos ayude a construir nuestras genealogías e historias vitales.

«Quiero exhortar a las administraciones públicas competentes para que no pongan tantas trabas ni de tiempo ni de acceso a todo un patrimonio documental guardado en los archivos estatales»

Stella Maldonado - Doctora en Didactica de la Expresion Plastica. Foto Berta Delgado. YANMAG

«Las familias y las personas que nos dedicamos a la investigación, para avanzar, debemos tener acceso libre, regular y sin cortapisas a todo documento que nos ayude a construir nuestras genealogías e historias vitales.»

– Dentro de este viaje de la investigación sobre tu abuela estás colaborando con el Colectivo Memoria y Libertad ¿qué actividades realizáis y qué está suponiendo para ti personal y profesionalmente?

Entrar en contacto con el Colectivo Memoria y Libertad ha sido un revulsivo emocional, personal, psicológico y profesional. El Colectivo lleva 20 años de camino en la búsqueda de verdad, justicia y reparación de las víctimas del franquismo y, en concreto, aquellas que fueron fusiladas en las tapias del Cementerio del Este (Madrid). Aunque se participa en muchos eventos, el Colectivo aún requiere ser conocido mucho más, ya que el patrimonio inmaterial que guardan cada una y cada uno de sus miembros es descomunal. Ahora se tienen ganas de hacer más cosas, aunando sabiduría y energía, como dice mi amiga Olivia López, también miembro del Colectivo. Al final, la Memoria nos ha juntado a nosotras, y también a otras personas en una especial y entrañable familia.

Colectivo Memoria y Libertad – 20 aniversario


El Colectivo hasta ahora ha centrado muchos de sus esfuerzos en realizar un homenaje anual a las personas represaliadas en Madrid, en el cual participaron personas públicas relevantes en todo lo que concierne a la memoria. También ayudan en la búsqueda de datos o documentos a los familiares que se van sumando.


Y uno de los trabajos más importantes ha sido la edición del libro Las cartas de la memoria, en donde se reúnen algunas de las cartas de capilla de los que iban a morir asesinados frente a las tapias. Es un documento, con una edición magnífica, que se puede consultar y descargar en la propia página web del colectivo. Más de 400 páginas de historia que nos falta por conocer.


Como he señalado al principio, conocer al Colectivo ha sido un revulsivo. Los conocí cuando yo ya llevaba un tiempo consultando archivos, en contacto con otros investigadores de la memoria de las mujeres (Fernando Hernández Holgado y Laura Bolaños Giner). Llegaron en un momento emocional muy complicado y ellos, sin saberlo (si leen esto serán conscientes), me insuflaron las ganas y el tesón para tomarme esto como un proyecto personal y profesional, porque para mí, dedicarme a la educación en los patrimonios y en las artes como investigación, educación y acción, conjuga con mi visión de como soy como persona, mis valores y mis deseos.

«Entrar en contacto con el Colectivo Memoria y Libertad ha sido un revulsivo emocional, personal, psicológico y profesional.»

Stella Maldonado - Doctora en Didactica de la Expresion Plastica. Foto Berta Delgado. YANMAG

«Para mí, dedicarme a la educación en los patrimonios y en las artes como investigación, educación y acción, conjuga con mi visión de como soy como persona, mis valores y mis deseos.»

– En otros países como Argentina y Chile, la memoria histórica de los represaliados por las dictaduras tiene un peso especial en la vida política ¿por qué en España es diferente y cómo piensas que debería abordarse la memoria histórica?


Argentina y Chile, en temas de memoria me dan mucha envidia: ojalá tuviéramos aquí un verdadero Museo de la Memoria, como sí lo tienen en Chile, o el Museo y Sitio de Memoria ESMA-Ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio de Buenos Aires (Argentina), incluido en el 2023 en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Aquí, en Madrid, costó hasta ajustar el nombre del jardín que ocupa parte de lo que fue la Cárcel de Ventas, conocido ahora como Jardín de las Mujeres de Ventas, invisibilizando lo que ese terreno albergó durante décadas.


En Latinoamérica, en general, están muy apegados al patrimonio inmaterial, por lo que la
labor que se hace en torno a la socialización y colectivización es digna de visibilizarse con
más fuerza.


Por otra parte, aquí en España se corrió un tupido (y estúpido) velo sobre la historia. La amnistía y la “modélica” transición sirvieron para ocultar todo el desastre social, cultural, humano… que provocó el Golpe de Estado y los 40 años de férrea dictadura. Como si no hubiera pasado nada. Y, en tiempos más recientes, se siguen oyendo frases como “ya están con la guerra del abuelo”,no reabras heridas”, etc., cuando la guerra del abuelo supuso un dolor inmenso para tantas y tantas personas, y no se puede reabrir nada porque nada está cerrado, solo está ocultado, silenciado, dado de lado. En este sentido, es la perseverancia y el empeño de los colectivos de familiares y las asociaciones de recuperación de la memoria donde más se hace por la pervivencia y el conocimiento completo y complejo de esta parte de nuestra historia, una lucha a la que algunas entidades públicas se van sumando poco a poco.


Y, ojalá tuviera una varita mágica para saber cómo abordar la memoria histórica y democrática. Aunque sean pequeños, los pasos que se dan tienen mucho valor; no hay que desfallecer en defender las ideas porque no son solo y exclusivamente ideas políticas, sino que atienden a los derechos humanos; procurar no guardar silencio como ya les pasó a nuestros abuelos y abuelas, porque el silencio al final es cómplice de lo que pasa. Y, aunque suene manido, la educación es la clave, no solo en la escuela, sino en todos aquellos contextos en los que se puedan actuar educativamente.

«Aunque sean pequeños, los pasos que se dan tienen mucho valor; no hay que desfallecer en defender las ideas porque no son solo y exclusivamente ideas políticas, sino que atienden a los derechos humanos»

Stella Maldonado - Doctora en Didactica de la Expresion Plastica. Foto Berta Delgado. YANMAG

«procurar no guardar silencio como ya les pasó a nuestros abuelos y abuelas, porque el silencio al final es cómplice de lo que pasa.»

– Gran parte del resurgimiento del fascismo actual se encuentra en personas muy jóvenes ¿qué piensas que ha pasado para que lo perciban como algo atractivo y revolucionario?


Lo primero es que me da pavor lo que está pasando. Creo que, la situación actual de la juventud, y de la población en general, no es de bienestar en muchos aspectos (vivienda, trabajo, cambio climático, inmigración, perspectivas de futuro…) y se tiende al cortoplacismo y al individualismo. Y aquí han sido muy habilidosos ciertos movimientos que han ido a lo emocional, provocando que no se haga crítica ni se rasque a ver qué hay detrás. Los medios de comunicación, plataformas y formatos han jugado la baza de la incertidumbre y de la desinformación, creando un caldo de cultivo para las actitudes disruptivas.


A esto se suma que, por lo general, no nos han educado en una historia amplia, sino solo en una historia de vencedores y grandes salvadores; no hay suficientes espacios ni tiempos para desarrollar un pensamiento elaborado, sosegado, reflexivo, capaz de adecuarse a la complejidad, al cambio, a la incertidumbre… elementos sobre los que deberíamos focalizar nuestra atención si no queremos volver a un pasado lleno de sombras.

«Los medios de comunicación, plataformas y formatos han jugado la baza de la incertidumbre y de la desinformación, creando un caldo de cultivo para las actitudes disruptivas.»

Stella Maldonado - Doctora en Didactica de la Expresion Plastica. Foto Berta Delgado. YANMAG

«no hay suficientes espacios ni tiempos para desarrollar un pensamiento elaborado, sosegado, reflexivo, capaz de adecuarse a la complejidad, al cambio, a la incertidumbre»

– ¿Qué artistas te interesan por su trabajo sobre la memoria histórica y recomiendas conocer?


En cuanto a artistas que trabajen en torno a la memoria histórica no podría dar nombres concretos. Sí estoy muy interesada en la producción de artistas con voz de mujer, ya que trabajan la memoria de las mujeres de una forma muy personal, transversal, intersticial, provocadora. Y también es justo y necesario visibilizar su creatividad que ha sido silenciada, apartada y que, a día de hoy, siguen suponiendo un porcentaje muy ínfimo en los museos, en algunas ferias de arte y en los libros de texto y narrativas socioculturales.


Me encanta el trabajo de Cristina Lucas, a la que tuve el placer de conocer gracias al Colectivo Memoria y Libertad. Me inspiran mucho María Gimeno, Zineb Sedira, Mona Hautom, Doris Salcedo, Mónica Mayer, Ana Mendieta, Eva Lootz, Marina Vargas, Helena Almeida… Al final, yo también estoy deconstruyendo toda la mirada patriarcal sobre el arte en la que he sido educada, y descubriendo a mujeres artistas, así que solo puedo mencionar a las que más resuenan. Y añado algún hombre artista para que no quede esto demasiado desequilibrado: Fernando Sánchez Castillo, con obras visuales y plásticas en torno a la memoria, y que también está involucrado con el Colectivo.

– ¿Cómo te gustaría ver tu proyecto de investigación en el futuro?


Realizado y yo feliz por ello. No necesito llevar a cabo grandes cosas con respecto a él y otras líneas que sigo, me vale con disfrutar y aprender con su desarrollo y que las personas que puedan estar involucradas lo valoren positivamente. Soy ambiciosa en dosis pequeñitas.

– Un sueño que te gustaría se hiciera realidad.


Hace 10 años me hiciste esta misma pregunta y creo que la respuesta no ha variado; aunque con algo más de sabiduría en el cuerpo, más dudas y algunas certezas, sigo queriendo lo mismo: seguir levantándome cada día para dedicarme a lo que me gusta, con la misma pasión, humildad y honestidad con la que, creo, lo vengo haciendo desde aquel día que decidí que me quería dedicar a la educación artística y patrimonial…. Y lecturas, músicas, viajes, amistades, conversaciones, afectos y mucha, mucha, muchísima tranquilidad.

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«Me gustaría seguir levantándome cada día para dedicarme a lo que me gusta, con la misma pasión, humildad y honestidad con la que, creo, lo vengo haciendo desde aquel día que decidí que me quería dedicar a la educación artística y patrimonial»

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