Elizabel Martínez Tristá – Bailarina, coreógrafa, profesora y coach

Elizabel Martínez Tristá es bailarina, coreógrafa, profesora y coach para estudiantes de danza y bailarines profesionales. Se formó en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba, una de las mejores canteras de ballet clásico mundiales. Después de una exigente audición alcanzó una de las escasísimas plazas del Ballet Nacional de Cuba dirigido por la gran Alicia Alonso. Posteriomente España se convirtió en su residencia, obteniendo la doble nacionalidad y perteneciendo a diferentes compañías profesionales, como el Ballet de Víctor Ullate o Juan Carlos Santamaría, Lino Zorrilla, Ballets de Madrid y Gran Canaria Ballet, en las que destacó como solista. La falta de oportunidades en España, le llevó a trasladarse a Austria, donde formó parte del Ballet de la Ópera de Viena.

Durante su carrera observó los problemas y carencias que encuentran los profesionales de la danza y que no resuelven los conservatorios ni escuelas donde se forman. Llenar esas carencias y transmitir su experiencia a los jóvenes que comienzan en esta disciplina se ha convertido en su segunda gran pasión. Elizabel analiza y prepara de manera integral a todo tipo de bailarines, desde aquellos que dan sus primeros pasos hasta los que están a las puertas de entrar en grandes compañías.

Hablar con Elizabel nos descubre mucho más que una bailarina: una preparadora física y mental, una analista de la alimentación, una estudiosa de la expresión corporal, una consejera para los momentos difíciles…  y sobre todo, una apasionada por la danza, con un entusiasmo que contagia en cada una de sus palabras y movimientos.

Elizabel Mart?nez Trist? - Foto: Berta Delgado

– Te formaste en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba siendo la primera bailarina de tu promoción obteniendo la puntuación más alta ¿qué recuerdas de ese periodo?
Fue un periodo de mucho esfuerzo y dedicación y, sobre todo, de mucha ilusión por empezar un camino nuevo como profesional, para el que me había preparado toda la vida; muchas horas de estudio y ensayo que, al final, dieron su recompensa.
Imagina que, con ocho años hice la prueba de acceso a la Escuela Elemental de ballet, que en aquel momento se llamaba la Escuela “Alejo Carpentier”. Se presentaron quinientas niñas de toda la isla, ya que allí el ballet es algo casi sagrado, todas las niñas quieren ser bailarinas del Ballet Nacional de Cuba…
El día que salieron las notas, una amiga de mi madre, que también llevó a su hija a realizar las pruebas, le dijo a mi madre: “corre a ver la lista. Tu hija es la número 1 en el escalafón”. Y así fue, la primera de quince niñas elegidas para la escuela diurna. También había otras quince niñas escogidas para la escuela nocturna. Después de 5º curso de Elemental se realiza un pase de nivel, en el que se eligen las quince mejores niñas de entre todas las escuelas elementales del país, que pasan a estudiar el nivel medio en la Escuela Nacional de Arte (ENA)  en La Habana.
Por entonces la Compañía del Ballet Nacional de Cuba  escogía a las mejores en función de sus necesidades. Ese año salieron cuatro plazas y una fue para mí.
De aquel periodo de formación tengo un recuerdo especial de varias profesoras que me ayudaron mucho a mejorar y me trataron con enorme cariño: Ana Marlene Fonseca, Adria Velázquez, Ana Julia Bermúdez de Castro, Migdalia Montero…

Elizabel Mart?nez Trist? - Foto: Berta Delgado

  «En Cuba el ballet es algo casi sagrado, todas las niñas quieren ser bailarinas del Ballet Nacional…»

Tengo que agradecer especialmente a mis padres su dedicación conmigo en esos años, porque la danza cambia completamente tu vida, pasas a tener horarios muy largos: comienzas pronto por la mañana y puedes salir de ensayos y funciones a las once de la noche… en Cuba el ballet no es una clase extraescolar, es una disciplina muy valorada, es una bandera que representa al país en el mundo: la gente sigue la carrera de los bailarines por televisión y conoce sus progresos, cuándo debutan, si les han dado la oportunidad de interpretar un papel u otro, les reconoce por la calle…hay una inversión muy fuerte en medios para el Ballet Nacional, es una pasión colectiva.

– Posteriormente te incorporaste al Ballet Nacional de Cuba, bajo la dirección de Alicia Alonso ¿cómo fue trabajar a las órdenes de esa gran figura de la danza?
Conocer a Alicia y trabajar con ella ha sido lo más increíble que me ha pasado en mi vida profesional. Es la bailarina más grandiosa que, en mi opinión, ha dado la historia del ballet. Deja, con su experiencia y enseñanzas, un sello inconfundible en sus bailarines. Es un ejemplo de perfección, a seguir por cualquier persona que quiera dedicarse a esta profesión; su saber hacer, su seguridad, el lenguaje de sus brazos y, sobre todo, su tesón y su propia lucha… alguien que ha sufrido una ceguera progresiva, y que entre ver y bailar, escogió bailar. Eso la define.
Cuando entré al Ballet Nacional de Cuba, Alicia aún hacía su clase diaria, como entrenamiento, en una sala pequeña y recogida de la Compañía. Recuerdo cómo acababa mi clase y, al terminar, salía corriendo a verla, silenciosa, para no interrumpirla.
Esas veces que la vi fueron para mí grandes lecciones y un enorme aprendizaje.

 

«Conocer a Alicia Alonso y trabajar con ella ha sido lo más increíble que me ha pasado en mi vida profesional»

 

– Has tenido profesores tan destacados y diferentes como la misma Alicia Alonso o Ramona de Sáa, Loipa Araujo, Josefina Méndez, Aurora Bosch, Víctor Ullate, Anatol Yanowsky, Gyula Harangozó, Alice Necsea o Carlos Gacio ¿qué te han aportado y cómo ha cambiado tu manera de entender la danza?
De todos mis profesores he aprendido algo. Gracias a los profesores del Ballet Nacional de Cuba tuve la oportunidad de ver cómo funciona una fábrica incansable de bailarines talentosos. Así, me topé con generaciones anteriores. Fue un gran momento para la Compañía, con las “joyas” Mirta Pla, Josefina Méndez, Aurora Bosch y Loipa Araujo. Trabajé mucho con Josefina, aprendí mucho de su Giselle, desde mi humilde puesto de cuerpo de baile. En las clases de Aurora aprendí colocación, técnica de ballet…Con Loipa aprendí destreza, baterías dinámicas, energía explosiva…Aurora y Loipa siguen en contacto con la compañía y compartiendo su saber.
Una vez que dejé Cuba tomé clases con distintos maestros y directores de compañías de nivel internacional que enriquecieron mi visión de la danza y mis conocimientos, ampliándolos con un enfoque más universal y, en ocasiones, con un toque más contemporáneo y ecléctico.

«Tomé clases con distintos maestros y directores de compañías de nivel internacional que enriquecieron mi visión de la danza y mis conocimientos»

– ¿El ballet clásico tiene un enfoque distinto dependiendo de cada país?
Partiendo de que el ballet es un lenguaje universal, lo que cambian son las características de las distintas escuelas, así como las versiones que de cada clásico se representan. Luego, cada país aporta los rasgos de su identidad, que se manifiestan en la forma de bailar de sus bailarines.
Cada lugar en que he bailado me ha aportado elementos que han enriquecido mi formación como bailarina y profesora.

 

– Ya en Madrid, te incorporaste al Ballet de Víctor Ullate, Compañía de la Comunidad de Madrid ¿qué supuso para tu carrera?
Mi estancia en la Compañía de la Comunidad de Madrid, dirigida por Víctor Ullate, fue breve pero también aprendí cosas. Me llevo de allí en la mochila muchas horas de clases y ensayos, que me permitieron conocer a una joven Rut Miró, a Trinidad Sevillano, a Carlos Pinillos o a Altea Núñez, que se convirtieron en grandes estrellas en diferentes compañías fuera de España.
También tuve el placer de compartir escenario con Tamara Rojo, que estrenó Giselle en Madrid antes de su debut con este clásico en el Royal Opera House.

 

– Has sido bailarina principal solista de las Compañías de Juan Carlos Santamaría, Ballets de Madrid, Lino Zorrilla y Gran Canaria Ballet ¿cómo fue para ti el paso a un papel de mayor responsabilidad?
Me pareció un paso natural, para el que ya tenía la experiencia y madurez necesarias. En España he participado en diferentes iniciativas que, lamentablemente, no han tenido continuidad por factores externos. Es triste ver cómo se crean compañías privadas y públicas, que luego no tienen suficientes apoyos. Pero esta es la realidad con la que tenemos que convivir en España. Y, como otros muchos bailarines españoles, tuve que emigrar en busca de mejores oportunidades laborales. Es así como llegué a la Compañía del Ballet de la Ópera de Viena.

 

Elizabel Mart?nez Trist? - Foto: Berta Delgado

«Tuve que emigrar en busca de mejores oportunidades laborales. Es así como llegué a la Compañía del Ballet de la Ópera de Viena»

 

 

– ¿Qué te aportó esa experiencia?
Viena fue la primera de las ciudades europeas en las que pensaba audicionar. Por suerte para mí, la misma tarde de la audición estaba firmando el contrato con la Ópera de Viena. Allí conocí a bailarines de distintas escuelas y bailé versiones diferentes de grandes clásicos que ya había bailado en Cuba. Tuve la oportunidad de dar clases con el gran maestro Carlos Gacio, cubano que, durante más de 30 años, fue el primer ballet master de la Ópera de Viena. Y compartí escenario con figuras de primera talla mundial, como Mihail Malakov o Polina Semionova.

 

– Las compañías de alto nivel siempre tienen equipos de diferentes nacionalidades, ¿cómo te has desenvuelto en estas situaciones?

Aprendí francés porque es el idioma técnico del que se toman todos los términos del ballet, pero cuando tienes compañeros y directores de procedencias tan distintas, el inglés es la lengua habitual, es la que más usamos en las compañías internacionales.

 

– Sigues en activo como bailarina ¿qué proyectos buscas en este momento?

Ahora sólo entraría en una compañía si el proyecto me interesara lo suficiente y lo que me ofrecieran estuviera acorde con mi nivel de experiencia y formación. Los proyectos relacionados con la enseñanza me interesan y motivan muchísimo, es una de mis pasiones en las que estoy centrando mi carrera en este momento.

Elizabel Mart?nez Trist? - Foto: Berta Delgado

 «Sólo entraría en una compañía si el proyecto me interesara lo suficiente y lo que me ofrecieran estuviera acorde con mi nivel de experiencia y formación»

 

 

PEDAGOGÍA

– Posees el título de Grado Superior de Pedagogía de la Danza y de Coreografía por el Real Conservatorio Profesional de Danza de Madrid ¿cómo enfocas la enseñanza de ballet?
Considero necesario que la danza forme parte de la formación de todo individuo, por lo que debería estar presente en los planes de estudio de todos los colegios que quieran formar seres humanos lo más completos posible. Se presta más atención a la música, sin reflexionar que la danza lleva la música irremediablemente de la mano, el individuo ha de saber música, pero, si esta no pasa por su cuerpo, el aprendizaje no es completo.
Yo propongo, además del aprendizaje de un instrumento, el uso del cuerpo también como instrumento.

 

«La danza debería estar presente en los planes de estudio de todos los colegios que quieran formar seres humanos lo más completos posible»

Elizabel Mart?nez Trist? - Foto: Berta Delgado


«El individuo ha de saber música, pero si esta no pasa por su cuerpo, el aprendizaje no es completo»

– ¿En qué rango de edades preparas bailarines? ¿qué materias impartes?
En el caso de la danza clásica puedo impartir clases a cualquier nivel, así que estoy disponible para colaborar con estudios de danza y colegios, tanto en actividades curriculares como extraescolares. También en escuelas y conservatorios de danza donde se trabaja con niños que sí quieren dedicarse profesionalmente a la danza, tanto en Madrid como en otras partes de España.

Elizabel Mart?nez Trist? - Foto: Berta Delgado

Imparto grado elemental, medio y profesional, con clases de ballet, puntas, paso a dos (para ambos roles, bailarín y bailarina, algo que no es habitual), danzas de carácter y repertorio, compañías de contemporáneo o flamenco que precisen de una profesora de ballet; equipos profesionales de gimnasia rítmica y patinadores artísticos, así como equipos de nadadoras/es sincronizada que necesiten los aportes que la danza clásica puedan hacer a sus necesidades. Mi último trabajo ha sido de coordinadora de actividades y profesora en el Club Deportivo Esquerdo durante los últimos años. Puedo colaborar con mis conocimientos de danza para trabajar con niños con necesidades especiales: problemas de psicomotricidad, autismo, síndrome de down, timidez extrema…

(Nota: puedes ver contacto de Elizabel al final de la entrevista)

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COACH ESPECIALIZADO PARA BAILARINES

– En la actualidad ofreces asesoramiento y entrenamiento específico para bailarines profesionales de manera particular y para escuelas especializadas ¿a qué dificultades se enfrenta un bailarín joven desde el inicio de su carrera? ¿cómo enfocas su entrenamiento?
Las dificultades son muchas y muy variadas. Lo fundamental es ayudarles con su formación física, la alimentación, las horas de descanso y consejos y apoyo particulares y personalizados.
El  entrenamiento del ballet consiste en una clase que te facilita el trabajo de la técnica propiamente dicha, pero el bailarín necesita muchas horas de trabajo adicional y personal, fuera de la barra. Yo trabajo con una batería de ejercicios que preparan los músculos y, poco a poco, también modela la figura. El bailarín trabaja variaciones que duran pocos minutos y los músculos, para fortalecerse necesitan repeticiones. Con mi sistema de ejercicios voy preparando todos los músculos del cuerpo para que trabajen como un todo, con solidez, y el bailarín, en esa misma variación, necesite menos gasto de energía porque tiene una musculatura que trabaja en cadena, facilitando la ejecución y dejando más margen a la interpretación y al disfrute.
Este trabajo también es fundamental para la prevención de lesiones. Cuidar el cuerpo alarga considerablemente la “vida útil” del bailarín y propicia una carrera sana y sin sufrimientos físicos, que le ayudan al disfrute y a la búsqueda del virtuosismo.

 

«Lo fundamental es ayudarles con su formación física, la alimentación, las horas de descanso y consejos y apoyo particulares y personalizados.

El bailarín necesita muchas horas de trabajo adicional y personal, fuera de la barra»

 

– El cuerpo de un bailarín clásico ¿nace o se hace? ¿puede una preparación física concreta transformar cualquier tipo de cuerpo para crear un futuro bailarín?
El cuerpo del bailarín requiere de unas condiciones innatas y de un porcentaje alto de trabajo y perseverancia. Partiendo de unas  condiciones innatas mínimas, la preparación física y el esfuerzo diario llevan, sin duda, a un resultado muy positivo.

– ¿Cuál es la preparación mental que necesita un bailarín? ¿cómo debe afrontar una audición y soportar posteriormente la presión de horas de ensayo?
El bailarín tiene que prepararse mentalmente para ser fuerte. El ballet es un arte muy competitivo, requiere de un alto grado de ejecución y de perfección. Siempre hay alguien más alto, más guapo, con mejor técnica…
Pero, desde pequeños hay que enseñar a los niños a concentrarse, a valorarse con objetividad. Consiste en sumar puntos: mejorar figura, mejorar la técnica en clase, estudiar líneas que favorezcan sus características, la expresión etc.
Para audicionar hay que preparar bien la audición y saber sacar partido a aquello que se ha trabajado con anterioridad. Y si no sale como uno esperaba, hay que levantarse siempre, porque no todo es error de uno y hay muchos elementos externos que no se pueden controlar.
En  cuanto a los ensayos, hay que ser profesional y conocer las propias limitaciones físicas y mentales para poder trabajarlas y mejorar cada día. Requiere mucho estudio mental de las coreografías, la musicalidad, para llegar al salón de clase y aprovechar al máximo cada repetición.

 

Elizabel Mart?nez Trist? - Foto: Berta Delgado

«Hay que ser profesional y conocer las propias limitaciones físicas y mentales, para poder trabajarlas y mejorar cada día»

 

– Los bailarines de clásico destacan por su extrema delgadez. Esta exigencia, en muchos casos, deriva en enfermedades relacionadas con una mala alimentación ¿cuál es la formación que un profesor debe dar en este aspecto a sus alumnos y qué responsabilidad tiene para su buen desarrollo? ¿qué consecuencias a la larga tiene una mala alimentación?
El profesor debe guiar a los alumnos hacia el empleo de hábitos sanos: comer bien, descansar suficientes horas etc.
Las  consecuencias de una mala alimentación son malas para cualquiera, pero, en el caso de un bailarín, son nefastas: mareos, fatigas, falta de energía, pérdida de masa muscular, deshidratación, lesiones y, ya en casos muy extremos, puede derivar en enfermedades como la anorexia o bulimia.

 

– ¿Debe un bailarín revisar y analizar sus hábitos una vez es profesional?
Una vez aprendidos buenos hábitos son muchas las veces que el bailarín debe reflexionar, ya que no hay maestros que te guíen y cada uno es el propio responsable de su trayectoria. Hay que ser disciplinados porque muchas carreras se han perdido por no ser responsables con estos hábitos de vida y de trabajo.

– Has centrado también tu programa de coach para bailarines en su futura carrera internacional ¿la situación de la danza en España les obliga irremediablemente a buscar una vida laboral en el extranjero?
Por desgracia, así es en la mayoría de los casos. Basta con mirar los elencos de las compañías de todo el mundo para ver que hay bailarines españoles excelentes desperdigados por toda la geografía. Mi programa de coach se centra en prepararles y orientarles para que puedan acceder a compañías profesionales y llegar a tener un sueldo digno por su trabajo, esto es: corregir errores en su formación, atender a su alimentación, ayudarles a preparar audiciones, fortalecer su concentración, aconsejarles cuando asaltan las dudas… este tipo de entrenamiento profesional personalizado no se encuentra en los conservatorios ni en las escuelas de danza.

Elizabel Mart?nez Trist? - Foto: Berta Delgado

«Mi programa de coach se centra en prepararles y orientarles para que puedan acceder a compañías profesionales»

 

– Ofreces también este asesoramiento a profesionales de otras áreas que deban superar miedos escénicos y cambiar su expresión corporal para presentaciones de empresa.
Sí,  puedo ayudar a profesionales de otras áreas que necesiten librarse del miedo escénico o, simplemente, a personas que quieran mejorar su imagen, saber si comunican bien en público o si su expresión corporal les ayuda o perjudica.

 

OTRAS FACETAS

– Tu formación se ha ampliado más allá de la danza. Gracias a tus conocimientos de canto pudiste formar parte del elenco de «El Fantasma de la Ópera» de Andrew Lloyd Weber, en la producción del Teatro Lope de Vega de Madrid ¿encontraste muchas diferencias a la manera de trabajo de una compañía exclusivamente de danza?
Comparten elementos comunes, pero el trabajo artístico se multiplica al intervenir, además de bailarines, actores, cantantes etc, lo que implica mayores esfuerzos de coordinación. Fui seleccionada por tener conocimientos de canto. Un bailarín debe salir también de su disciplina y ser versátil, tener más recursos, interesarse por otras disciplinas y conocerlas. Esto es fundamental para su formación y cualquier detalle puede ser determinante para que seas elegido en una audición o casting.

 

Elizabel Mart?nez Trist? - Foto: Berta Delgado

 

«Cualquier detalle puede ser determinante para que seas elegido en una audición o casting»

– Además del canto ¿qué otras facetas has desarrollado profesionalmente y cuáles te gustaría ampliar?
He realizado incursiones como modelo y actriz: he posado para sesiones fotográficas para marcas de ropa y joyas, también he participado en desfiles de moda,… destaco uno en particular de la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada en Valencia, en el que bailaba entre las modelos representando a la Naturaleza vestida de pájaro…fue una experiencia interesante a nivel profesional y la disfruté mucho.  Todos ellos son aspectos en los que me gustaría profundizar, siempre que dejen tiempo a mi pasión por enseñar. Yo creo que si uno se organiza bien, hay cosas que se pueden compaginar perfectamente.

Elizabel Mart?nez Trist? - Foto: Berta Delgado

Por otro lado me gustaría desarrollar la faceta de crítica de danza, ya que asisto a estrenos constantemente. También quiero difundir la historia de la danza, tanto para futuros bailarines como para un alumnado menos especializado. Conocer la danza y su historia es el paso para llegar a valorarla, y un alumno que la conoce, es un futuro espectador o quizás un potencial bailarín.

– ¿Cuáles han sido tus momentos más felices en tu vida profesional?
Hay tres momentos que guardo en la retina. El primero de ellos, el día en el que con 19 años Alicia me concedió una entrevista. Era mi trabajo de fin de carrera. Yo lo organicé en secreto pensando que con tanto trabajo en la compañía con los ensayos, las giras, ella no tendría tiempo, y fue una gran sorpresa pues aceptó. Y fueron 20 minutos de conversación que nunca olvidaré.
El segundo, mi entrada en la compañía del Ballet Nacional de Cuba y compartir barra con profesionales a los que admiraba.
Y el tercero, es el primer ensayo en la Ópera de Viena, sonaba al piano los copos de nieve de “Cascanueces” y, a través de la cristalera del salón de ensayo, vi como comenzaba a nevar…

– ¿Cómo es el tiempo que dedicas al ocio?
Intento que el tiempo que dedico al ocio sea de la mayor calidad posible, acudo al teatro y me gusta seguir la trayectoria de compañeros artistas. Pero la danza también está en mi ocio: escucho música y a menudo me sorprendo ideando un ejercicio de ballet o una coreografía.

Elizabel Mart?nez Trist? - Foto: Berta Delgado

 

– Llevas casi 20 años en España, ¿qué es lo que más te gusta de España y qué no cambias por nada del mundo de Cuba?
De España siempre me ha gustado su música, que siempre he seguido, en particular el flamenco y la guitarra española. Admiro artistas como Antonio Gades, Paco de Lucía o bailarinas flamencas como María Pagés y Sara Baras, también actores como Tristán Ulloa y Ana Duato, y el cine español me gusta muchísimo.
De Cuba valoro la importancia que, en general, se presta al Arte, lo valorados y respetados que son los artistas por su trabajo y el buen enfoque que tienen las escuelas de arte, no solo las de danza.

 

– Además de tus profesores, ¿qué personas han sido determinantes para poder desarrollar tu carrera profesional?

Mis padres, por la absoluta dedicación por animarme a ir a por mis sueños, por apoyarme en los momentos difíciles y por tantas horas de llevarme, esperarme en los ensayos. A mi familia porque todo el tiempo que dediqué al estudio lo robé de estar con ellos. A Paqui y Mari, porque han sido mi apoyo en España en momentos dificiles. A mi mejor amiga Linnet González Li, porque no me suelta jamás de la mano. Ella me llevó a Amberes y me consiguió una audición privada para el Real Ballet de Flandes, de la que me ofrecieron contrato pero no pudo ser porque aún no tenía papeles y tardaron mucho…luego no me permitían salir de España, así que no pudo ser. Es una persona muy importante para mi y hemos mantenido la amistad intacta a pesar de vivir en países diferentes, siempre estamos juntas.

 

– Un deseo que te gustaría se hiciera realidad.
Hago propio el sueño de muchos bailarines españoles: que el Teatro Real tuviera una compañía de ballet residente.

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«Hago propio el sueño de muchos bailarines españoles: que el Teatro Real tuviera una compañía de ballet residente»

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Perfil en LinkedIn

Elizabel Martínez Tristá

Contacto para clases y sesiones de coach: elizabel_mt@hotmail.com

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