Electra Voulgari – Traductora y Correctora

 

Electra Voulgari. Traductora de griego. Foto: Berta Delgado. YanMag

 

«Una traducción de calidad genera valor»

 

Electra Voulgari es traductora y correctora. Licenciada en Filosofía y Letras en Grecia y con formación en Antropología Social en España, enfoca cada traducción de manera íntegra, atendiendo al uso en el contexto social de cada concepto, palabra o expresión para poder llegar a su significado.

Entre sus especialidades se encuentran la traducción del español al griego (moderno y antiguo) y del inglés al griego. Su experiencia y creatividad en la profesión durante más de diez años, le han permitido ofrecer servicios de transcreación, un tipo de traducción muy demandado habitualmente en el ámbito del marketing.

Electra Voulgari ha sido elegida este año como II Premio Impulso a la Trayectoria Profesional YanMag concedido por la revista y LANAU Espacio Creativo por su interesante carrera. Una trayectoria que combina con inteligencia diferentes disciplinas dentro de las humanidades.

 

 

– Hace 17 años que vives en Madrid. ¿Cómo fue tu llegada aquí y qué hizo que te quedaras?

Llegué a Madrid con 25 años para hacer un posgrado y la verdad es que resultó ser una ciudad muy acogedora, incluso para alguien que no hablaba español. Ya había vivido en otras ciudades de Europa y la sensación había sido totalmente distinta. Me quedé porque la experiencia me pareció un gran reto: vivir en una metrópolis, ir descubriéndola poco a poco y a la vez ir descubriendo el castellano y el mundo hispanohablante en general. Todo eso me resultaba fascinante.

 

 

 

«Me quedé porque la experiencia me pareció un gran reto: vivir en una metrópolis, ir descubriéndola poco a poco y a la vez ir descubriendo el castellano y el mundo hispanohablante en general»

 

Electra Voulgari. Traductora de griego. Foto: Berta Delgado. YanMag

«Todo eso me resultaba fascinante»

 

– Estudiaste la Licenciatura de Filosofía y Letras en Grecia. ¿Cómo fue para ti el paso por la universidad?
Mi carrera fue una etapa muy enriquecedora y creo que allí nació mi interés por la traducción, aunque todavía de manera inconsciente. El grado de Filosofía en Grecia está muy ligado a la Filología Clásica. De hecho, teníamos que partir de cero para poder elaborar un análisis filosófico de los textos. Tomábamos un fragmento del corpus original de Platón o Aristóteles, por ejemplo, trazábamos un análisis sintáctico para poder “desenredar” las oraciones, que eran muy densas, luego las traducíamos al griego moderno y, basados en nuestra propia construcción, intentábamos analizar los conceptos filosóficos y la relación entre ellos. Como puedes imaginar, fue una formación bastante completa y exigente. Allí es donde me di cuenta de que el proceso de la traducción me interesaba mucho más que el del análisis filosófico.

 

«Estudiar Filosofía y Letras fue una etapa muy enriquecedora y creo que allí nació mi interés por la traducción, aunque todavía de manera inconsciente»

 

Electra Voulgari. Traductora y Correctora. Foto: Berta Delgado. YanMag

«Allí es donde me di cuenta de que el proceso de la traducción me interesaba mucho más que el del análisis filosófico»

 

 

– Dentro de la carrera te especializaste en Filosofía del Lenguaje, realizando una disertación sobre la «forma de vida» de Wittgenstein. ¿Por qué te interesaba este autor?

En aquella etapa, en lo que los filósofos llaman “el segundo Wittgenstein” encontré un cruce entre la Filosofía y el lenguaje que explicaba muchas cosas. Wittgenstein dio protagonismo absoluto a la lengua, algo que revolucionó el panorama filosófico. En la práctica, esto significaría fijarnos en el uso de un concepto/palabra/expresión, para poder llegar a su significado, en vez de buscar una definición abstracta y fuera de contexto que, supuestamente, valdría para todo. Ese contexto sería la “forma de vida” que yo interpreto como el “hábitat” cultural y lingüístico de las ideas y las palabras. A partir de ahí, el paso a la Antropología Social era solo cuestión de tiempo.

 

 

«Ese contexto sería la “forma de vida” que yo interpreto como el “hábitat” cultural y lingüístico de las ideas y las palabras»

 

 

– De hecho, has realizado estudios de doctorado en Antropología en la Universidad Complutense de Madrid. ¿De qué manera estos estudios te ayudan a afrontar cada traducción?

En cuanto a la traducción, la Antropología me ofreció herramientas para una mejor identificación e interpretación de las “formas de vida” de las que hablamos antes. Durante el doctorado hubo trabajo de campo, muchas entrevistas y luego mucho análisis de discurso, donde uno aprende a discernir matices y a profundizar en los mecanismos que generan “preferencias” lingüísticas, el uso de un término en vez de otro o el uso de un dialecto, por ejemplo… En mi trabajo actual, una “forma de vida” no tiene por qué ser una cultura distinta, podría ser una jerga profesional o la comunicación en un ámbito concreto, como el mundo de la moda o el lenguaje de los jóvenes, por ejemplo.
Hace poco también tuve que recurrir a aquellas técnicas porque me encargaron transcribir y corregir un manuscrito escrito en el dialecto de mi isla. Se trata de una novela costumbrista que describe la vida en Miconos en los años ´50, justo antes de la llegada del turismo. Estaba llena de coloquialismos y expresiones rurales ya olvidadas. Los diálogos reflejaban el acento local, que se salta varias normas de ortografía y sintaxis… El mayor reto fue identificar y rescatar aquellos elementos locales, que podrían parecer errores a primera vista, y limitar la corrección a lo absolutamente imprescindible. Así no se perdería el color y el encanto de la narración. Estoy muy contenta con el resultado.

Electra Voulgari. Traductora de griego. Foto: Berta Delgado. YanMag

 

«En mi trabajo actual, una “forma de vida” no tiene por qué ser una cultura distinta, podría ser una jerga profesional o la comunicación en un ámbito concreto»

 

– ¿Empezaste enseguida a trabajar como traductora?

No, en absoluto. De hecho, en aquel entonces estaba convencida de que el griego no me serviría para nada a nivel profesional en España. Al principio trabajé en una oficina, durante dos años, en un puesto típico de atención al cliente y me di cuenta de que no encajaba muy bien con ese ritmo de vida, todo era muy repetitivo y con poca flexibilidad. Aposté por la enseñanza de idiomas, de inglés y griego, empezando a dar clases en empresas y particulares, algo que me motivaba mucho porque combinaba mi entusiasmo por la lengua y el dinamismo de la interacción en el aula.
Poco a poco empecé a tener encargos puntuales de traducción, por pura casualidad, y decidí reciclarme haciendo un curso de traducción profesional. Pues, resulta que sí que hay una demanda para traducciones al griego, como para muchos idiomas que se consideran “raros”. Para encontrar este nicho, lo que hizo falta fue una apertura de miras. Donde hay comercio y movimiento de bienes e ideas, los idiomas son imprescindibles. Esto no es nada nuevo, siempre ha sido así.
Durante muchos años compaginaba las dos actividades: clases y traducciones. Hasta el día de hoy he mantenido algunas clases para evitar encerrarme en la “traducueva”, como se llama en el mundillo de la traducción, es decir, para no aislarme del mundo exterior. Pero la traducción ocupa el 80 % de mi tiempo o más.

 

 

– Entonces, ¿qué es para ti esta profesión y por qué decidiste perseguirla?

La traducción profesional combina mi manía por “descifrar códigos” para encontrar una lógica interna con la versatilidad, y no me refiero solo al hecho de trabajar desde casa. Obviamente, es una gran ventaja necesitar solo una conexión a internet y un ordenador para trabajar, pero lo que más valoro es la variedad de proyectos y clientes que surgen, nunca hay dos iguales. Puedo pasar de subtitular una serie a traducir un artículo de Sociología, una App de ejercicios o un libro infantil…

 

– ¿Cuáles son tus especialidades?

Traduzco de español a griego y de inglés a griego. Mis principales campos de especialización son la traducción de contenidos de marketing, la subtitulación y la traducción de libros de no ficción. Y, claro, otra especialidad que tengo es traducir del griego antiguo al español/inglés/griego moderno.

 

 

«Mis principales campos de especialización son la traducción de contenidos de marketing, la subtitulación y la traducción de libros de no ficción»

 

«Otra especialidad que tengo es traducir del griego antiguo al español/inglés/griego moderno»

 

 

– ¿Y te llegan encargos de griego antiguo?

¡Más de lo que pensaba! No son muchos, por supuesto, pero ya ha habido unos cuantos. De hecho, el encargo más extraño que he tenido fue crear cientos de conversaciones en “falso” griego antiguo. Es decir, el cliente quería que el resultado original sonara a griego antiguo y tuviera unas palabras-clave reconocibles, pero que a la vez fuera incomprensible para el público griego. La verdad es que fue un proyecto muy divertido y creativo. Hasta hoy no tengo muy claro dónde han acabado mis diálogos falsos, por temas de confidencialidad… Aunque sospecho que los necesitaban para una serie o un videojuego situado en la Antigüedad.

 

– También ofreces servicios de transcreación. ¿En qué consiste esta especialidad?

La transcreación es un servicio que se pide mucho en el ámbito del marketing. Aunque se conserva el mensaje original, el resultado es bastante o totalmente distinto del texto original, principalmente porque tiene que sonar lo más fluido y natural posible. Por supuesto, estas son las características de una buena traducción en general, pero muchas veces hay que dar una vuelta más creativa a las palabras para que generen la misma impresión al público que en el idioma original. Por eso se paga por hora y no por palabra, requiere más tiempo y experiencia.

 

«La transcreación es un servicio que se pide mucho en el ámbito del marketing»

 

Electra Voulgari. Traductora de griego. Foto: Berta Delgado. YanMag

«Requiere más tiempo y experiencia»

 

 

 

– ¿Cómo te planteas cada proyecto de traducción?

Lo primero es leer el texto de origen e identificar los recursos que voy a necesitar: diccionarios, libros de referencia o, incluso, tengo que pensar en personas que trabajan en ese campo concreto y me podrían aclarar algunos conceptos. Un traductor no es un diccionario andante, pero sabe dónde y qué buscar para dar con el término que necesita. Luego, paso a la primera fase de traducción, donde siempre surgen dudas y complicaciones adicionales. Hay que tomar decisiones sobre los términos, consultar al cliente, si hace falta, y asegurarse de que haya coherencia en todo el proyecto. Si todo va bien, los términos encajan como un «Tetris», ¡una sensación muy gratificante! En la segunda fase, detecto omisiones y errores. Todavía hay una tercera fase en la que puedo pulir los detalles y hacer cambios menores de estilo. Afortunadamente, siempre hay una fecha de entrega, ¡porque podría seguir revisando el mismo proyecto ad infinitum! (risas)

 

 

«Un traductor no es un diccionario andante, pero sabe dónde y qué buscar para dar con el término que necesita»

 

 

– Has colaborado con agencias de traducción para realizar trabajos para marcas muy conocidas de moda, cosmética, buscadores de viajes, aerolíneas, plataformas de series… ¿Qué exigencias tienen estas multinacionales?

Lo bueno y, quizá, a veces, lo malo de este tipo de cliente es que proporciona su libro de estilo, sus glosarios y tiene muy claro lo que necesita. Hay que estudiar todo el material y ceñirse a las exigencias de cada proyecto, hay que estar preparado para aclarar dudas y justificar todas las decisiones que has tomado. Es muy común también que te pidan una “backtranslation”, es decir, una traducción literal inversa del resultado final, normalmente al inglés, para comprobar que todo está en orden. Son clientes que imponen ciertas limitaciones y exigencias, pero se aprende mucho trabajando con ellos.

 

– Después de tantos años en el extranjero, ¿notas que has perdido algo de contacto con el griego?

No lo diría. Paso tres meses al año en Grecia. Esto me ayuda a ponerme al día con la actualidad del país y, por supuesto, con la evolución del idioma: escucho y leo expresiones nuevas, observo el uso de neologismos, anglicismos y aquellos detalles que podrían resultarme desconocidos por la distancia. Además, internet es una fuente de información inagotable, allí encuentro todo tipo de tendencias que surgen en el griego moderno, esté donde esté.

 

Electra Voulgari. Traductora y Correctora. Foto: Berta Delgado. YanMag

 

«Paso tres meses al año en Grecia. Esto me ayuda a ponerme al día con la actualidad del país y, por supuesto, con la evolución del idioma»

 

 

– ¿Tienes algún sueño profesional?

No soy una persona muy ambiciosa, soy más de logros pequeños y de tener las antenas puestas para las nuevas oportunidades. Mi mayor ambición ahora mismo sería enseñar la ortografía griega a mi hijo -ya lo habla perfectamente- y transmitirle entusiasmo por aprenderlo bien, cosa que es una carrera de fondo. También me encantaría aprender idiomas con estructuras totalmente distintas como el turco, el árabe o el japonés. ¡Sería entrar en otra dimensión!

 

 

«Mi mayor ambición ahora mismo sería enseñar la ortografía griega a mi hijo -ya lo habla perfectamente- y transmitirle entusiasmo por aprenderlo bien»

 

 

– Llevas trabajando en el sector de la traducción 12 años. ¿Qué consejos darías a una persona que comienza en este mundo?

Le diría que hay que ver al cliente como un colaborador y no como un examinador. Los nervios de los primeros encargos y el miedo a no parecer profesional pueden dar malos resultados. Si hay dudas, mejor preguntar y, en general, ser comunicativo durante todas las etapas del proyecto. Si el cliente es una agencia de traducción, seguro que son los primeros interesados en entregar un buen trabajo y, si se trata de un cliente final, éste conoce bien sus términos y puede ayudar a mejorar la calidad de la traducción con facilidad.
Otro consejo sería que valore bien su tiempo y su esfuerzo a la hora de negociar plazos y presupuestos. Para muchas empresas, encargar una traducción es un “mal necesario” y, bueno, existe un botón que puede generar una traducción automática, como todo el mundo sabe, pero, a pesar de todos los avances tecnológicos, traducir es bastante más complejo que sustituir una palabra por otra. Una traducción de calidad es algo que genera valor, así que hay que ser firme en lo que uno necesita para ofrecer un buen servicio.

 

Electra Voulgari. Traductora de griego. Foto: Berta Delgado. YanMag

 

«Traducir es bastante más complejo que sustituir una palabra por otra»

 

– ¿Cómo te sentiste al ser elegida II Premio Impulso a la Trayectoria Profesional YanMag?

– Fue una sorpresa, no me lo esperaba. Me gusta mucho YanMag y lo sigo en las redes, siempre descubro allí a gente que emprende con mucha originalidad y pasión. Además, me encanta su estética. Estoy muy contenta por esta oportunidad, muchas gracias a YanMag y a LANAU Espacio Creativo.

 

«Fue una sorpresa, no me esperaba ser elegida por YanMag. Estoy muy contenta por esta oportunidad»

Electra Voulgari. Traductora de griego. Foto: Berta Delgado. YanMag

«Me encantaría aprender idiomas con estructuras totalmente distintas como el turco, el árabe o el japonés. ¡Sería entrar en otra dimensión!»

 

 

 

 

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