Bong Delfín – Artista Plástico

 

 

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«Quiero mostrar las batallas diarias del artista»

 

Bong Delfin es un artista plástico filipino residente en Madrid. Abandonó su trabajo de ingeniero industrial para dedicarse al arte, trasladándose de Filipinas a Dinamarca para encontrar un mejor entorno cultural profesional. Ser elegido Artista del Año en la Semana de Arte Kerteminde (Dinamarca) confirmó su apuesta y ahora su obra se expone en galerías de arte contemporáneo de Dinamarca, España, Estados Unidos y Filipinas. El libro Flamantes, editado por Hago Cosas, donde su obra fue seleccionada, ha ampliado el interés por su trabajo en nuesto país y fuera de él.

Su obra, formalmente muy densa, mezcla técnicas tradicionales de impresión con elementos de la cultura pop y punk rock, referencias al arte clásico y religioso, además de símbolos de la cultura filipina. Una obra que no deja indiferente de un artista con más presencia en el mundo del arte contemporáneo internacional.

 

– Te formaste  y has trabajado en Ingeniería Industrial en Filipinas, pero luego decidiste abandonarlo por el arte ¿qué ocurrió?

Me di cuenta tarde de cuál es mi vocación y pasión en la vida. Desde temprana edad he tenido un gran interés por el arte pero debido a la situación económica y la calidad de vida en Filipinas no he tenido mucha exposición, oportunidades ni motivación para impulsar mi amor por él. Elegí Ingeniería Industrial porque era una carrera adecuada para conseguir un trabajo decente y ganarse la vida por entonces.

 

«Me di cuenta tarde de cuál es mi vocación y pasión en la vida»

 

– Te trasladaste a Dinamarca, donde has realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en galerías de arte ¿cómo fue tu estancia allí?

Fue increíble vivir en Dinamarca, me encanta vivir allí. La calidad de vida es muy alta y es un gran país para inspirarse como artista. Fue allí donde comencé a pintar y luego me puse a estudiar arte, y realicé varias exposiciones. Acabo de mudarme a España por cuestiones de visado y también para aprovechar la oportunidad de explorar la escena artística europea viviendo en diferentes países y ampliar mis horizontes artísticos.

– Y allí fuiste elegido Artista del Año del Festival Internacional de Arte Kerteminde (ahora llamado Semana de Arte Kerteminde) ¿qué ha significado esto para ti?

Fue el comienzo de toda esta locura. Tras recibir el reconocimiento como Artista del Año tomé la decisión que cambiaría mi vida de perseguir mis intereses artísticos. Significa mucho para mí, la inspiración y la confianza han sido abrumadoras.

«Tras recibir el reconocimiento como Artista del Año tomé la decisión que cambiaría mi vida de perseguir mis intereses artísticos»

 

– Has vivido también en Berlín y posteriormente has fijado tu residencia en Madrid ¿cómo han sido esos cambios para ti y cómo te sientes ahora en Madrid?

Durante mi estancia en Dinamarca también pasé algún tiempo yendo y viniendo a Berlín, con la esperanza de hacer una buena transición. Pero para mí al tener un pasaporte filipino (de un país que se considera del tercer mundo) no es fácil obtener un visado más largo. Berlín fue una gran experiencia, durante ese tiempo creo que el expresionismo alemán influyó de alguna manera en mis obras. Estoy contento de estar en Madrid ahora, y además es más fácil obtener un visado más largo. Aprovecharé mi estancia para explorar el arte y la cultura españolas. Mis antepasados filipinos ganaron medallas de oro en una Exposición Nacional de 1884 aquí en el pasado; intentaré seguir sus pasos y con suerte hacerme un nombre aquí, luego veremos qué pasa a corto plazo.

Quiero agradecer especialmente a mi mecenas Andreina Rojas de Betancourt que me ha apoyado en este periodo en España.

 

«Mis antepasados filipinos ganaron medallas de oro en una Exposición Nacional aquí en el pasado; intentaré seguir sus pasos y con suerte hacerme un nombre aquí»

 

– En tu trabajo has partido de una técnica antigua para llegar a la que has denominado Hydrodeepism, ¿en qué consiste y cómo llegaste a ella?

«Hydrodeepism» («hidro-profund-ismo») es una ideología personal, método artístico y término que he concebido a partir del término «hidro-inmersión» una técnica tradicional de grabado que comunmente se llama «marmoleado», «arremolinar» o «transferencia de agua»,  etc.  Este método milenario se conoce como «Suminagashi» en Japón y «Ebru» en Turquía. Independientemente de la terminología utilizada la idea básica es dejar caer pintura especial o pigmento sobre el agua y transferir el diseño de la superficie acuosa o sus patrones cuidadosamente manipulados al papel o a cualquier otro material mediante el proceso de inmersión.
Si bien es comúnmente utilizado por su particular impresión de monotipos, su estética y su atractivo decorativo, mi interés está simplemente en explorar la «espontaneidad y aleatoriedad» del resultado. Mi objetivo es subvertir esa práctica antigua que es muy común y casi industrial en una forma de arte culto y contemporáneo. La subversión de la técnica me ha dado un estilo único que es distinto a la pintura y la impresión. Básicamente, mi obra en esta serie está hecha mediante la integración contrastada de las diferentes técnicas como inmersión en agua, estarcido, collage, encintado y pincel, y lo que se ve al final es el resultado de poner en cuestión los límites de lo  posible en pintura e impresión y de mi propia técnica. Es mi forma de ilustrar las batallas diarias que limitan la creación y desarrollo de formas artísticas e ideales del artista del siglo XXI con los que pueda representar mejor su tiempo.

 

 

«La «hidro-inmersión» es mi forma de ilustrar las batallas diarias que limitan la creación y desarrollo de formas artísticas e ideales del artista del siglo XXI con los que pueda representar mejor su tiempo»

 

– Tu obra es estéticamente muy densa, ¿cómo es tu proceso de trabajo?

La verdad es que mi técnica y el proceso requieren bastante esfuerzo últimamente. Debido a las propiedades de los diferentes materiales que estoy usando y la técnica he tenido dificultades para equilibrar completamente una pieza (en términos de composición, tono, etc.). Pero lo acepto como desafío y me tomo los defectos / accidentes como parte de mi estilo / estética.

 

Bong Delfin

 

 

Parece que todavía estoy en la etapa experimental pero creo que mis trabajos van madurando y ganando confianza. A veces también es divertido e interesante no saber cómo empezar (y terminar) el proceso porque si ya supiera lo que voy a conseguir me aburriría y podría perder el interés.

 

 

«Es divertido e interesante no saber cómo empezar (y terminar) el proceso porque si ya supiera lo que voy a conseguir me aburriría y podría perder el interés»

 

– En los lienzos hay guiños irónicos y críticos al mundo del arte ¿cómo ves la situación del arte contemporáneo en este momento?

Sí, más o menos como un comentario propio sobre el estado actual del mundo del arte, mi relación de amor y odio con el sistema. Pero es que es así. Haré lo que tenga que hacer.

– Tu trabajo fue seleccionado para el libro Flamantes editado por Hago Cosas ¿qué ha supuesto para ti esta publicación?

Fue un proyecto increíble de Hago Cosas y significó mucho para mí. Abre oportunidades más amplias para nosotros, los artistas jóvenes. Gracias a ello, me han contactado varias galerías como la Galería Crisolart de Barcelona y otras con las que estoy colaborando en Nueva York.

 

«Fue un proyecto increíble de Hago Cosas y significó mucho para mí. Abre oportunidades más amplias para nosotros, los artistas jóvenes»

 

– En Madrid has expuesto en la Santana Art Gallery y en la Embajada de Filipinas ¿qué acogida ha dado el público?

Fue estupendo. Mostrar por primera vez mis obras aquí en Madrid. Tuvimos buenas críticas de las exposiciones y mis trabajos fueron bien aceptados por  el público español.

 

– Tu obra también ha sido seleccionada para exponer en la Bienal de Florencia de 2019 ¿cómo abordas esta muestra?

Es un honor y una gran oportunidad para mí haber sido seleccionado. Estoy trabajando en una pieza enorme en colaboración con un fotógrafo de mi región en Mindanao, Filipinas. La pieza trata de la representación de la «Batalla de Marawi». Fue un conflicto armado de cinco meses que comenzó el 23 de mayo de 2017 en Marawi, Lanao del Sur, entre el gobierno filipino y militantes afiliados al ISIS, incluidos los grupos yihadistas Abu Sayyaf Salafi y Maute. La lucha se convirtió en la batalla urbana más larga de la historia moderna de Filipinas.

 

«Estoy trabajando en una pieza enorme en colaboración con un fotógrafo de mi región en Mindanao, Filipinas. La pieza trata de la representación de la «Batalla de Marawi» (…) La lucha se convirtió en la batalla urbana más larga de la historia moderna de Filipinas»

 

– Expones constantemente en Filipinas, ¿cómo es la situación actual de los artistas filipinos del sur del país y cómo colaboras con ellos?

Hace más de 6 años que no he vuelto a casa, pero últimamente he estado en contacto con galerías y colectivos de Filipinas. He enviado trabajos a exposiciones colectivas y dentro de poco realizaré una exposición individual en una de las principales galerías de allí. También me estoy preparando para impulsar la escena artística de allí y ayudar a los artistas locales de mi región. «Dream Weaver Project» es un colectivo de artistas de la zona y una plataforma de arte contemporáneo con sede en el sur de Mindanao, Filipinas. Por nuestra ubicación geográfica, conflictos políticos y situación económica nos quedamos fuera en cuestión de oportunidades. La escena artística (grandes galerías, eventos y grandes escuelas de arte) sólo se centra en la capital Manila y otras grandes ciudades. Mi primera experiencia en un museo de arte fue cuando llegué a Dinamarca hace seis años, y entonces decidí ser artista.

«Me estoy preparando para impulsar la escena artística de allí y ayudar a los artistas locales de mi región»

 

– Estás también muy ligado a la cultura del rock, punk y skateboard ¿en qué proyectos trabajas en esta área?

Sí, mis primeras experiencias artísticas tuvieron inluencia de la cultura DIY del punk rock y el skateboarding. Cuando estaba en  secundaria y en la universidad solía hacer diseños e impresión de camisetas (serigrafía). Me ayudó a ganar dinero para terminar la carrera de ingeniería. Cuando comencé a pintar no pude evitar incluir estas influencias anteriores en mis trabajos. Dejando al lado la pintura, estoy desarrollando el proyecto de In Art we Trash («En arte cacharreamos» ó «Con el arte nos ponemos») que es un cliché de propaganda / marca contracultural que combina arte y moda.

«Estoy desarrollando el proyecto de “In Art we Trash”  que es un cliché de propaganda / marca contracultural que combina arte y moda»

 

– ¿Cómo es tu tiempo libre?

Cuando no estoy pintando en el estudio paso la mayor parte del tiempo cultivándome, leyendo, buscando información sobre arte, incluso en mi tiempo libre. Pienso que como decidí ser un artista siendo más mayor tengo sensación de urgencia de saber todo lo antes posible. Aparte de eso salgo con mi novia y mis amigos del estudio y / o juego mucho al fútbol y al baloncesto.

– Un deseo que te gustaría se hiciera realidad

Me gustaría dejar al universo un legado decente a través de mi arte y también como un buen ser humano, esto es suficiente para mí.

 

«Me gustaría dejar al universo un legado decente a través de mi arte y también como un buen ser humano, esto es suficiente para mí»

 

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